En “Kramer vs Kramer” salen a relucir numerosos aspectos de la sociedad contemporánea, los cuales van conformando un drama sobrecogedor. Pero son la sencillez y naturalidad en la forma de expresarlos, los que hacen única a esta película: desde la destacada fotografía del experto Néstor Almendros, la sugerente música, el excelente guión, y unas interpretaciones asombrosas (tanto el niño como los padres y los secundarios). Es decir, todo en esta película encaja, es de éstas en que todos los elementos que componen el film se unen de tal forma que el conjunto que aparece en pantalla es una representación formidable de una situación dramática y conmovedora. Considero que esta película pertenece al grupo de películas que poseen esa “fórmula de éxito”, cuyos apabullantes triunfos a muchos les dejan en ocasiones algo perplejos e indiferentes, bien por la sencillez de la propuesta y la similitud con otros films de tinte semejante. Pero si uno se adentra en la composición del film, podrá comprobar cómo la coherencia del argumento se respeta de principio a fin, que la propuesta tiene un fin como tal, en este caso el de reflejar una entrecruzada vida laboral y sentimental de los años setenta, que se va desencadenando desde el principio tras un trágico suceso. Y además, posee la ardua condición de continuar asemejándose a la de décadas posteriores.
Todo lo que acabo de señalar pertenece al más puro estricto cine. Habrá otras películas con otro tipo de componentes. Pero los que ésta tiene, son los justamente necesarios para realizar un gran film.