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Voto de juanjo_torpdo:
8
Drama A finales del siglo XIX, el doctor Frederick Treves descubre en un circo a un hombre llamado John Merrick. Se trata de un ciudadano británico con la cabeza monstruosamente deformada, que vive en una situación de constante humillación y sufrimiento al ser exhibido diariamente como una atracción de feria. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Síndrome de Proteus causa un crecimiento anormal de la piel, huesos, músculos, tejido adiposo, y vasos sanguíneos y linfáticos. El caso más notorio de esta enfermedad se dio en Londres en la segunda mitad del siglo XIX en la figura de Joseph Carey Merrick.

Desde muy pequeño Merrick fue consciente de su enfermedad y del rechazo que producía en todos los que le rodeaban. Tras la muerte de su madre cuando él tenía 11 años, su único sustento emocional, Merrick comienza una etapa de sufrimiento y humillación por parte de su padre y su nueva madrastra y hermanastros, que conseguirán que se marche de casa con 15 años, siendo acogido por el hermano de su padre que durante otros dos años será el sustento emocional de Merrick hasta su muerte.

De vendedor ambulante Merrick pasó a ser objeto de exhibición en ferias hasta que fue descubierto por el doctor Frederick Treves.

En este punto es donde Lynch comienza con la historia de Joseph Merrick, retratando a la perfección la penosa y humillante vida de una persona que hasta el momento no era más que un deforme y lucrativo objeto de exhibición, mostrando el lado más humano de una sociedad deshumanizada, donde eres vejado y maltratado simplemente por ser diferente a los demás.

Con este film, Lynch nos proporciona una cura de humildad y nos hace reflexionar sobre la maldad intrínseca en el ser humano. La sordidez con la que se retrata el insano Londres de los bajos fondos contrasta con luminosidad diáfana de las clases altas que acogen a Merrick con una mezcla de curiosidad y simpatía debido al trato exquisito y educado del que Merrick hacía gala, junto al alto grado de sensibilidad con el que impresionaba a todos.

Pero un nuevo descenso a los infiernos nos hace comprobar que la capacidad de hacer daño en la especie humana supera todo tipo expectativas, mostrándonos a un Merrick más degradado que nunca tras su paso por la corta pero confortable vida que el Doctor Treves le propicio.

El hombre elefante es una obra que golpea duramente al espectador, removiendo nuestros sentimientos, ofendiéndonos con actuaciones y comportamientos vergonzosos, repulsivos y de una bajeza tal que degradan al ser humano al nivel más bajo que ningún planteamiento pueda prever.

El amor que desprende Merrick en la película es inversamente proporcional al que ha recibido durante toda su vida, estoicamente vivida sin un ápice de dignidad.

Lynch transmite esto y todo más con su obra, técnicamente perfecta, con una coherencia narrativa sin igual, y un ejercicio de interpretación que roza la perfección, ayudado por la fotografía de Fredie Francis que sabe captar como nadie el lado más sórdido de la ciudad de Londres, consiguiendo crear una obra de una belleza conmovedora y de un realismo sin igual.

Una obra imprescindible de ver y de obligado visionado.
juanjo_torpdo
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