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Voto de Condosco Jones:
2
Comedia Han pasado 15 años desde la última vez que vimos a Lourdes Cano (Concha Cuetos) al frente de su farmacia. Ahora está a punto de perderla porque van a vender el edificio para hacer apartamentos de lujo. Lourdes no puede hacer frente al elevado alquiler y tendrá que cerrar. Para comunicar la noticia a su familia decide reunirlos a todos en una cena, a la que acuden su ex marido Adolfo (Carlos Larrañaga) y sus hijos Kike (Garzón), Guille ... [+]
7 de marzo de 2010
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antena 3 se equivocó completamente al rescatar una de sus series insignia y convertirla en una "TV Movie" totalmente fallida se mire por donde se mire, y que no tendría que haberse rodado jamás.

En 'La última guardia' han pasado 15 años desde la última vez que vimos a Lourdes Cano (Concha Cuetos) al frente de su -casi siempre- abarrotada farmacia. Ahora está a punto de perderla porque todo el edificio va a ser vendido para convertirlo en apartamentos de lujo. Lourdes no puede hacer frente a la importante suma de dinero que le piden por el alquiler (500.000 euros) y tendrá que cerrar. Para comunicar la noticia a su familia decide reunirlos a todos en una cena en la que será la última guardia de dicha farmacia.

Cuando se anunció esta metralla televisiva, a todos nos recorrió un leve cosquilleo por el cuerpo. El cosquilleo era sano, se nos venían a la mente los buenos momentos que nos hicieron pasar todos sus personajes, aquel final que paralizó medio país y aquella pegadiza sintonía que acompañaba a la serie. Las ganas por creer que intentarían dejarnos -como mínimo- a la altura de aquel mítico final, estaban siempre presentes.

El telefilme comienza con el pie derecho, todo parecía que encajaba. Ilusión, nostalgia y el canturreo de la melodía en nuestra cabeza se mezclaban con éxito. Sin embargo, todo era un espejismo, ya que muy pronto la confianza depositada es arrebatada por, lo primero y hay que recalcar por encima de todo, unas actuaciones lamentables, denigrantes y sobreactuadísimas, tanto de los nuevos fichajes como de los veteranos.

Donde antes todos compartíamos momentos entrañables y divertidos en la entrada y la rebotica de la farmacia; ahora decorados protagonizados por chalets de lujo, oficinas, cárceles y aeropuertos se hacen dueños de todas las escenas bizarras y absolutamente ridículas. Los guiños a la serie tampoco se salvan, empezando por el "para dentro Chen" y acabando por las malogradas apariciones de gente anónima en busca de medicamentos o en su defecto, remedios curativos.

El terreno del guión es abrupto y escabroso. Las coincidencias sospechosas y las ridículas historias de los secundarios son de juzgado de guardia: un par de lesbianas triviales, un partido político del mundo de Yupi, un loro "parlanchín" que no mueve el pico, una emo guarrilla y su portátil, un par de críos más repelentes que cagar purpurina en una baza rosa y una empalagosa actuación final de un conocido grupo musical español. Ahí os dejo la sorpresa por si queréis perder casi una hora y media de vuestra vida.

Se salva del descalabro total por el personaje de Carlos Larrañaga, que aunque haya pasado de ser un galán de pro a un pobre tartamudo, con algo de suerte todo hay que decirlo, es él el que ofrece el toque de humor y el suficiente sentimentalismo barato al final para salvar a este aborto de "TV Movie" de la puntuación más baja posible.
Condosco Jones
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