Terrence Malick nos sumerge en la época de la conquista de América a principios del XVII, concretamente en el 1607, cuando los colonos ingleses establecieron la colonia de Jamestown. Digamos que a 'El nuevo mundo' se la podría calificar como un drama romántico de tránsito aletargado llena de buenas intenciones, pero éstas se diluyen poco a poco en medio de tanta naturaleza. El filme tiene de protagonista a un Colin Farrell en la época en la que muchos directores se le rifaban para salvar las recaudaciones de sus películas. Junto a él están nada más y nada menos que Christian Bale, Christopher Plummer y la zagala -casi- protagonista de la cinta: una tal Q'orianka Kilcher (la Pocahontas de turno de dientes blanco marfil, pelo sedoso y escotazos de infarto). Las actuaciones del triángulo amoroso en pos de la bella nativa, son algo flojas, los tres tan sólo se limitan a mirar al horizonte y decir frases sacadas de los mejores trovadores medievales de la época. Ninguna actuación le hace sombra a la fotografía exquisita que se nos presenta ante nuestros ojos, así como esos hermosos compases de una partitura que personalmente me evocaban a los de 'Braveheart'. Una película que supone todo un canto a la naturaleza en donde los colonos ingleses parecían santos... que se me hizo un poco pesada (dos horas largas) aunque algunos planos son de una belleza asombrosa y no está tan mal como la gran mayoría la pinta.