Era de las pocas imprescindibles que me faltaban de Spielberg y sabía que una cuasi superproducción tocada por su mano no podría acabar mal. Bueno sí, acaba mal porque el final es una mierd*, pero el conjunto es increíble.

'El color púrpura' que más que de racismo, de lo que trata es de la violencia de género, está protagonizada por un Danny Glover (interesantísimo personaje) encabronado que reparte leña y abusos verbales a una pobrecita Whoopi Goldberg, la cual hace un auténtico papelón. Por cierto, ese año una tal Geraldine Page le arrebató el Oscar a Goldberg y a Meryl Streep, ¡toma ya!. Dejando a un lado las interpretaciones, que son lo mejor de la cinta, Spielberg nos regaló en este melodrama algunas escenas que dejan un nudo en la garganta por las tremendas injusticias y falta de libertades que se vivía en aquella época y lugar (estado de Tennessee en los '20 y '30).

Lástima que no se tire de épica y a veces da la sensación de que la cinta se estanca. Suerte que cuando esto pasa, la historia y los personajes evolucionan en el tiempo y eso le da todas las alas al guión, porque si no esto podría haber sido una merienda de negros muy grande. Otro pequeño lastre que veo son sus dos horas y media. De todos es sabido que tienes que ser un genio o te tienen que salir muy bien los tiros para hacer una película de 140-150 minutos. Spielberg, un crack en eso, jugó y al final se acabó quemando con un final encima de... bochornoso, con ganas por parte del espectador de que acabe todo el embrollo.

Aunque haya picado algún fallo que otro, en líneas generales es una buena película.