Si hay algo que se le puede atribuir a "Hot Shots" es la originalidad con la que contó en su momento a la hora de satirizar una serie de películas de éxito de la época, práctica que en las dos últimas décadas ha caído en el abuso. Películas como "Top Gun" principalmente o "Bailando con lobos" son las parodiadas en este filme, cuyos gags cómicos nadan entre lo absurdo y lo simple.

El filme, protagonizado por Charlie Sheen, nos pone en la disparatada situación de una serie de pilotos de las fuerzas aéreas americanas, y relata cómo estos realizan sus vuelos y misiones con resultados hilarantes en algunos casos.

Los personajes de esta historia son seres incoherentes, protagonistas de situaciones cómicas sin sentido y habitantes de un universo alocado. Lloyd Bridges dará vida a uno de los máximos exponentes de este tipo de personaje; un almirante de las fuerzas aéreas que muy posiblemente sea el encargado de las mayores carcajadas al otro lado de la pantalla.

El tipo de humor utilizado en la película ya ha sido sobreexplotado, y en el marco de una historia absurda, soporífera por momentos, y un guión que parece que al principio no termina de despegar, la película no supone un gran atractivo para su visionado actualmente. Pocas risas reales, muchas miradas al reloj y cero sustancia constituyen un filme que no ha envejecido de la mejor manera. Hay películas que juegan con este tipo de humor derrochando mucho más talento del que "Hot Shots" hace gala.