La princesa prometida es una película de fantasía medieval, de la época de los príncipes azules y los finales de cuento. Y cierto es que en esta película no vamos a encontrar otra cosa, pero la historia que nos relata, así como sus personajes, tienen un carisma e interés mayor que muchas historias fantasiosas actuales para un público mayormente infantil o adulto con ganas de ver un cuento ante sus ojos.

El argumento no es nada del otro mundo dentro del género; una doncella que pierde a su amado, es tomada por la fuerza por un príncipe, y su amado deberá superar adversidades de todo tipo para recuperar su amor. Aún así podemos ver claramente algunos pasajes de esta película que han "inspirado" obras de animación de este corte como la mismísima "Shrek".

Lo más destacable dentro de esta obra, no es la originalidad del cuento, que no es precisamente una cualidad que resalte, sino el carisma y los valores de sus personajes, brillando por encima de todos ellos un "Íñigo Montoya" dispuesto a vengar a su padre pero sin fallar en ningún momento a su código de honor y buen hacer para conseguir sus fines. También nos encontramos a un bruto y forzudo gigante con un corazón de las mismas proporciones y a un villano que hará lo posible por salirse con la suya.

La princesa prometida es el tipo de película cuyo atractivo reside en el mundo que crea, en la fantasía que logra transmitir y en cómo nos transportamos a ese reino de cuento. No es tan relevante el "qué", ya que nos encontramos ante una historia casi genérica, tanto como el "cómo", que es la forma en la que durante el filme viajamos a ese mundo de cuento de hadas. Una historia liviana y blanca, que puede disfrutar toda la familia de forma ideal y no sólo los más pequeños. Una película como las que no se ruedan hoy en día.