La leyenda del luchador borracho es una película de artes marciales en clave de comedia, que nos transporta a la época colonial en China, en una supuesta historia en la que ciertas personalidades del gobierno británico pretenden robar tesoros culturales del país oriental. El protagonista, Wong Fei Hung (Jackie Chan), tratará de evitar estas expoliaciones acompañado de un puñado de amigos y compañeros, con los que se verá envuelto en numerosas peleas y aventuras.

La película se trata de la secuela de la original "Drunken Master" ("El mono borracho en el ojo del tigre" en España) a pesar de que entre una y otra haya 16 años de diferencia. En ella podemos ver a Jackie Chan volviendo a la piel de un Wong Fei Hung cuyo carácter se inclina más por las travesuras y la desobediencia que por la rígida disciplina de la que su padre hace gala.

A pesar de ser una secuela, la película funciona correctamente como filme individual, y nos plantea una trama típica de las películas de artes marciales más tradicionales, aunque esta cuente con un carácter más desenfadado. Las situaciones cómicas son una constante y los personajes parten también de una caracterización exagerada en ciertos aspectos para restar seriedad al argumento y desviar la trama a las risas que pretende provocar. En este aspecto destaca la madre de Fei Hung, interpretada por Anita Mui, una jugadora compulsiva capaz de utilizar mil tretas y engaños para controlar a su marido a su antojo, constituye un personaje cómico y descarado.

El filme, realizado en Hong Kong, constituye un soplo de aire fresco para los amantes de las películas de artes marciales tradicionales. Lo más destacable del mismo son las impresionantes coreografías con las que Jackie Chan nos deleita en cada pelea, así como su realismo y entrega en las mismas, ya que no ha utilizado dobles ni efectos especiales en ningún momento.