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España España · MADRID
Voto de LUNERA:
4
Thriller. Intriga. Drama. Fantástico Diego es un médico acostumbrado a manejar situaciones límite, que se ha inmunizado ante el dolor ajeno. El intento de suicidio de Sara, una de sus pacientes, provocará que el compañero sentimental de ésta señale al médico como responsable directo de lo ocurrido durante un amenazante encuentro. Horas después, Diego sólo recuerda el ruido de un disparo, y la extraña sensación de haber recibido algo más que un encargo durante este incidente... (FILMAFFINITY) [+]
26 de marzo de 2010
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El mal ajeno", la ópera prima de Óskar Santos, me temo que no pasará a la historia del cine por méritos propios, sino más bien por el elenco de personalidades con pedigrí cinematográfico que han tratado de arroparla: desde Alejandro Amenábar (coproductor y amigo de facultad de Óskar), hasta Belén Rueda (que se ofreció a trabajar en la primera película de Óskar cuando se conocieron en Mar Adentro), pasando por Daniel Sánchez Arévalo (el guionista de 'Gordos', que esta vez ha dejado el guión 'en los huesos'). Demasiado cirujano para un paciente que finalmente perece en quirófano víctima de su propia enfermedad: el MAL AJENO.

Y es que aunque realmente no hay muchas cosas dignas de mención especial, sería injusto olvidarse de algunas de ellas: la brillante pero efímera aparición de Belén Rueda (que día a día se confirma como una de nuestras grandes actrices), la también destacada intervención de Clara Lago (tiene una química especial en la pantalla), la fotografía de Josu Inchaustegui (de lo mejorcito) y la música de Fernando Velázquez, de la que se abusa para sacudir al espectador cual 'desfibrilador acústico' (encubriendo los silencios y patinazos emocionales de la trama).

La historia prometía, ya que trata sobre las diferentes caras del dolor vistas desde el lado de las víctimas y desde el lado de los que las rodean. Intuyo que pretendía mostrar los principios de acción y reacción del dolor (‘el mal ajeno’) sobre una materia tan (in)sensible y tan (im)permeable como la humana (digo 'intuyo' porque nunca estuve seguro). El hilo conductor es un médico especialista en el tratamiento del dolor (Eduardo Noriega), que pasa de observador cualificado a víctima.

Pero como en la vida misma, de la teoría a la realidad hay tal abismo que la historia acaba cayendo por su propio peso, enredándose de mala manera en una historia fantástica de poderes sobrenaturales que desvirtúan por completo algo tan pretendidamente serio, conmovedor y verosímil como el dolor. En realidad es una huida hacia adelante, es la incapacidad de afrontar el tema con profundidad y maestría interpretativa. Desde la barrera todavía me pregunto cómo han puesto a Eduardo Noriega frente a un toro de estas proporciones. Eduardo no es un buen actor, no transmite mucho más que un anuncio de colonia o cuchillas de afeitar (aunque hay que reconocer que la barba le favorece), infra-actúa y no se mete en el papel porque se gusta demasiado (pero por fuera, no como el doctor House).

Hacer una crítica de cine a veces sirve para justificar la existencia de algunas películas, sobre todo cuando no se entienden. Yo en realidad salí del cine sin saber qué quería decir ‘El mal ajeno’… pero la verdad es que ya lo voy entendiendo.
LUNERA
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