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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
8
Drama. Romance Año 1941. El soldado Prewitt (Montgomery Clift), que acaba de llegar a la base militar de Pearl Harbor en Hawai, es un antiguo boxeador retirado del ring. El capitán Holmes (Philip Ober), conocedor de sus habilidades como púgil, intenta que se una al equipo del ejército, pero Prewitt rechaza la propuesta. A partir de ese momento se ve sometido a toda clase de castigos y humillaciones tanto por parte de sus superiores como de sus ... [+]
26 de noviembre de 2008
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como no se contextualice el cine en su época, en especial el género bélico, todo el séptimo arte pasará por estar mancillado de topicazos, politiqueo y propaganda.

Hace apenas unos años, una inefable especie de remake sobre el ataque a Pearl Harbour hizo taquillazo en el circuito comercial. Si esa horrible versión protagonizada por Ben Affleck no está cargada de estereotipos, barras, estrellas y demás chorradas que baje Dios y lo niegue, por mucho que hayan introducido elementos políticamente correctos: un marine negro (y actor de moda) y un japonés debatiéndose entre remordimientos llorando la desgracia que imponen los tiempos de guerra.

Para nada de acuerdo con que “De aquí a la Eternidad” no haya superado la prueba del tiempo.

Sigo insistiendo en que hay que contextualizar las películas en su época y no desistir siempre, cayendo en el trillado discurso de que la propaganda en el cine barre para casa. Eso es más que evidente y más aún en el género bélico. Sólo hay que tomar distancia y entretanto que venga quien sea a proponer impedimentos politizados para gozar de una excelente película como es esta, que no hará más que perder el tiempo. A ver quién se la goza entonces con una de indios y vaqueros… coherencia por favor...

“De aquí a la eternidad” regala al menos una de las instantáneas más grandes a la historia del cine. En uno de los momentos memorables, Burt Lancaster y Deborah Kerr se funden en un abrazo, creo que sin precedentes, que pasa por ser, (a menos que recuerde otra ahora mismo) la escena romántica por definición de la gran pantalla. Yo hubiese deseado que se los tragase el mar y ellos también. La única vez, por otra parte, en la que Deborah, pudo resarcirse de su sambenito virginal.

Transmite todo eso y más, especialmente por parte de ella, el momento del aloa-aloa, con el tema musical de fondo con una pareja de grandes intérpretes, en tiempos duros, casi deseando comerse el uno al otro pero shhhh, echando el freno que estamos en los difíciles 40.

Y el tercer momento de la película. Un abatido Monty Clift agarra su trompeta, la insufla de frustración, pena, cabreo y consigue hacerla vibrar, vivificando a todo el corral de reos, esos marines que al día siguiente, seguramente sea, la palmen en el ataque. Monty y su trompeta, en un minuto de gloria por el que la película entera merece la pena.

Y una de cal: Frank Sinatra es un personaje aburridísimo. El ataque, interminable, oscuro y lento, también. Donna Reed está infravalorada. Y otra vez Sinatra... ¿a cuento de qué vino ese Óscar?

Nada más que añadir. Es una muy buena película, en concordancia con la época en la fue filmada y en honor al día de la infamia. Un 8, porque Sinatra resta puntos.
Valkiria
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