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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
10
Drama Adaptación de la novela homónima de Harper Lee. En la época de la Gran Depresión, en una población sureña, Atticus Finch (Gregory Peck) es un abogado que defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre resulta evidente, el veredicto del jurado es tan previsible que ningún abogado aceptaría el caso, excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su compasiva y ... [+]
16 de septiembre de 2008
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película que lleva a primer plano la exaltación de valores perdidos en el cine de puro entretenimiento tan típico de hoy: la infancia, la justicia pero sobre todo el respeto.

Matar a un ruiseñor es la historia que mejor ensalza la figura paterna, representada por Gregory Peck: el hombre justo, asertivo, capaz de entablar una conversación profunda con su hija elevándola a ella a la madurez, no retrocediendo él a la mente de una criatura.
No creo que trabajar con niños en el cine sea fácil. La química entre Peck y sus hijos en la ficción es tal que cualquiera creería que se trata de sus hijos en la vida real. Pero sin sensiblerías. Los niños se comportan como tal pero descubriendo una historia de injusticia, racismo y rabia (la escena del perro lo dice todo) que hace de ellos, en apenas un verano, personas con referentes morales a prueba de balas: sus propias vivencias mientras crecen y su padre. Nada de moralinas e hipocresías.

En esta historia asoma la crueldad pero narrada con serenidad; como si Mulligan hubiese descartado el recurso incendiario por uno tan simple, llano y a la vez efectivo como el que una niña, inocente, descubra por sí misma que existen en su entorno personas de segunda a las que se trata como animales, "papá explicará porqué".

Los juegos de los niños, el neumático colgado del árbol, la vieja cascarrabias y la casa misteriosa cosen el entramado de una historia que personalmente me atrapó desde el principio. La narración es tranquila y muy apacible.
La interpretación de Peck, entrañable. La niña lo borda.

Es un acierto de película que además ataca los errores del sistema judicial americano pero que sobre todo muestra el tesón de un hombre que se empeña en hacer justicia porque en ella cree. Un ejemplo para todos los abogados descarriados. Peck dignifica la profesión.
Valkiria
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