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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
5
Comedia. Romance Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse ... [+]
23 de marzo de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cruce de paranoias del Allen de siempre, esta vez con desatino.

No porque se repita, _cosa que hace en sus últimas obras, patrocinadas por los organismos oficiales de turismo de las ciudades a las que pasa revista y estampa tan cuidadosamente en planos preciosos_, sino por su tautología enfermiza de hipondríaco ateo sin remedio que nos sigue encantando, pero que se repite más que el ajo. La vida de este hombre debe ser un sinvivir y sus neuras existenciales, una tortura.

Esta vez, no obstante, el cineasta más querido por sus groupies europeos, que somos muchos, aburre. Se le va la pinza más de lo acostumbrado. El capítulo del padre de familia cantando en la ducha, de su hijo comunista y demás, es delirante, coñerísimo, la intrahistoria más absurda en el mundo Allen de la película.

Alec Baldwin y el niño ese horripilante que inventó facebook en "La red social" componen, junto a "Juno", esa bobalicona redicha, un petardeo de poses esnobistas poniendo a parir el arte de la imitación de lo selecto cuando no se tiene ni puñetera idea de lo que se habla.

Penélope repite papel, un cruce entre el de "Vicky, Cristina..." y "Non ti muovere" de Castellitto.

Y lo de Benigni... no tiene nombre. Es inclasificable su capítulo en esta peli. Allen se ríe de la gloria pasajera, de la juventud fugaz, de la hipocresía de los hombres pudientes que pierden el culo por la meretriz más simpática de Roma, de las modas y los ídolos de barro y de la vanidad de los pedantes de tres al cuarto.

En fin, un batiburrillo de situaciones esperpénticas que daría lugar a tres o cuatro películas diferentes si Allen no se precipitase tanto, como últimamente hace.

Pasable, pero para nada de las mejores del neurótico director newyorkino.
Valkiria
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