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Voto de Ochentero:
7
8,6
172.233
Serie de TV. Animación. Comedia
Serie de TV (1989-Actualidad). 34 temporadas. Narra la historia de una peculiar familia (Homer, Marge, Bart, Maggie y Lisa Simpson) y otros divertidos personajes de la localidad norteamericana de Springfield. Homer, el padre, es un desastroso inspector de seguridad de una central nuclear. Marge, la madre, es un ama de casa acostumbrada a soportar a su peculiar familia. Bart, de 10 años, intenta divertirse con travesuras de todo tipo. ... [+]
23 de noviembre de 2009
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Simpson comenzó siendo una serie sin más aspiración que entretener con una serie de historias basada en la tradición de los argumentos familiares habituales de las series televisivas de los años 80, pero con la genial idea de plasmarlo en forma de dibujos animados. El objetivo de no usar personas reales podía ser múltiple, pero no sabremos nunca cuantos de esos objetivos eran realmente perseguidos por su creador, Matt Groening: Conseguir libertad para plasmar más cosas que las que se pueden plasmar con una serie protagonizada por personas, ahorrar costes, rebajar la intensidad de ciertos temas más delicados infantilizando su imagen con dibujos, aportar a los adultos el encanto de los dibujos animados con el objetivo de conectar con su lado infantil...
El caso es que el invento de los dibujos con temáticas más bien adultas funcionó a las mil maravillas, haciendo crecer la serie y dando alas a experimentar en un producto televisivo inédito en el que había todavía mucho por inventar y en el que las mejores ideas aun estaban por aplicarse.
La serie aprovechó esta oportunidad del todo: Las siguientes 10 temporadas fueron sencillamente increíbles, con guiones que te explicaban en media hora historias complejas, a menudo bellísimas, románticas y con toda la gran tradición de las buenas series de los 80 y 90. Y además con un humor surrealista y con un toque muy ingenioso, lejos del chiste fácil.
Por desgracia, como suele ocurrir en todo fenómeno fan, la serie llegó en un momento en que creció demasiado, en que empezó a quemarse y la calidad de sus guiones cayó en picado. Coincidió con el interés de Matt Groening por otras series menos afortunadas como Futurama y con la aparición de una competencia hasta el momento inexistente.
Más de 20 años en antena provoca la perdida de nuevas ideas para guiones interesantes y la falta de novedad en los episodios.
Acabo en el spoiler--
El caso es que el invento de los dibujos con temáticas más bien adultas funcionó a las mil maravillas, haciendo crecer la serie y dando alas a experimentar en un producto televisivo inédito en el que había todavía mucho por inventar y en el que las mejores ideas aun estaban por aplicarse.
La serie aprovechó esta oportunidad del todo: Las siguientes 10 temporadas fueron sencillamente increíbles, con guiones que te explicaban en media hora historias complejas, a menudo bellísimas, románticas y con toda la gran tradición de las buenas series de los 80 y 90. Y además con un humor surrealista y con un toque muy ingenioso, lejos del chiste fácil.
Por desgracia, como suele ocurrir en todo fenómeno fan, la serie llegó en un momento en que creció demasiado, en que empezó a quemarse y la calidad de sus guiones cayó en picado. Coincidió con el interés de Matt Groening por otras series menos afortunadas como Futurama y con la aparición de una competencia hasta el momento inexistente.
Más de 20 años en antena provoca la perdida de nuevas ideas para guiones interesantes y la falta de novedad en los episodios.
Acabo en el spoiler--
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La gente se acostumbró al humor amablemente crítico de los Simpson, y en una sociedad tan socarrona como la nuestra, tan desquiciada, aquellos elegantes episodios de antaño sabían a poco, por lo que empezaron a tener éxito basuras como "Padre de Familia", "American Dad" y similares. La idea era quien decía la bestialidad más grande, quien ridiculizaba de forma más escandalosa al famoso y quien provocaba más.
Y Los Simpson cayeron en la trampa. Los guiones dejaron de explicar cosas para plasmar situaciones inconexas, llenas de chistes fáciles y tópicos y vacíos de ingenio, especialmente exagerando la estupidez de Homer Simpson cuando los productores descubrieron que, lejos de lo que ellos pensaban al principio, el personaje que más simpatía despertaba no era Bart Simpson sino Homer. Así, muchos chistes empezaron a basarse básicamente en que Homer se golpease contra algo recurrentemente.
Muchos episodios giraron en torno a famosos que se publicitaban en la serie. Empezaron a vivir de rentas repitiendo lo que ya se había hecho de forma sistemática ("Los Simpsons viajan a..." o "El enesimo retorno del pesadisimo actor secundario Bob). Por último, se convirtió en una clara herramienta electoral y política, abandonando el tono de "debate" y análisis en los episodios y pasando a vendernos ideas "progres" y elementalmente demócratas (No es que yo sea republicano, pero me repatea el electoralismo, sobretodo cuando pretendo relajarme. La política en general no me hace gracia, y menos si me la meten con palanca).
Los Simpson son, hoy por hoy, un zombie: está muerto pero todavía anda. Siempre nos quedarán los geniales episodios de 10 primeras temporadas, hasta que en la undécima temporada, el episodio de la muerte de Moll Flanders marcaría un antes y un después en el tono del humor general de la serie.
Los Simpson es una serie que tendrían que haber sabido terminar cuando aun tenía sentido y el listón estaba alto.
En España además, tuvimos la desgracia de, justo cuando la serie empezaba a caer de calidad, sufrir la muerte del director de doblaje y voz de Homer Simpson, Carlos Revilla, que con su increíble talento aportó un claro incremento del sentido cómico de la serie, y que perdió cuando más falta le hacía.
Mi nota habría sido sin duda más alta si hubiesen sabido terminar la serie a tiempo.
Y Los Simpson cayeron en la trampa. Los guiones dejaron de explicar cosas para plasmar situaciones inconexas, llenas de chistes fáciles y tópicos y vacíos de ingenio, especialmente exagerando la estupidez de Homer Simpson cuando los productores descubrieron que, lejos de lo que ellos pensaban al principio, el personaje que más simpatía despertaba no era Bart Simpson sino Homer. Así, muchos chistes empezaron a basarse básicamente en que Homer se golpease contra algo recurrentemente.
Muchos episodios giraron en torno a famosos que se publicitaban en la serie. Empezaron a vivir de rentas repitiendo lo que ya se había hecho de forma sistemática ("Los Simpsons viajan a..." o "El enesimo retorno del pesadisimo actor secundario Bob). Por último, se convirtió en una clara herramienta electoral y política, abandonando el tono de "debate" y análisis en los episodios y pasando a vendernos ideas "progres" y elementalmente demócratas (No es que yo sea republicano, pero me repatea el electoralismo, sobretodo cuando pretendo relajarme. La política en general no me hace gracia, y menos si me la meten con palanca).
Los Simpson son, hoy por hoy, un zombie: está muerto pero todavía anda. Siempre nos quedarán los geniales episodios de 10 primeras temporadas, hasta que en la undécima temporada, el episodio de la muerte de Moll Flanders marcaría un antes y un después en el tono del humor general de la serie.
Los Simpson es una serie que tendrían que haber sabido terminar cuando aun tenía sentido y el listón estaba alto.
En España además, tuvimos la desgracia de, justo cuando la serie empezaba a caer de calidad, sufrir la muerte del director de doblaje y voz de Homer Simpson, Carlos Revilla, que con su increíble talento aportó un claro incremento del sentido cómico de la serie, y que perdió cuando más falta le hacía.
Mi nota habría sido sin duda más alta si hubiesen sabido terminar la serie a tiempo.