La primera es una película muy simpática y entrañable. Lo mejor de Illumination junto con 'Canta'. Es frenética y no deja ni un momento para el aburrimiento. Sus personajes son todo lo adorables y carismáticos que deben ser y tienen una historia detrás que te hace simpatizar con ellos. Además, recrea muy bien el comportamiento y las características de cada uno de los animales. Me gustó y la disfruté en el cine cuando se estrenó. Fue una especie de 'Toy Story' con animales pero con su propia personalidad, mucho más alocada.

Iba un poco reacio a ver esta segunda entrega ya que no creo que tuviese mucho más que ofrecer esta propuesta. Desgraciadamente no iba desencaminado. La película se nota que está hecha de las sobras de la primera entrega.

En esta ocasión, no tenemos una trama central sino que la historia se divide en tres. Dos de ellas bien podrían haber sido cortos que tenían guardados en el cajón mientras que la principal (la de Max, el protagonista) es la única que en la que han trabajado un poco. En ella es en la que se esconde el bonito mensaje que transmite y la evolución de Max tras la incursión en su vida del hijo de su dueña. Esto es lo más interesante de la película, ya que da pie a situaciones entrañables que de no ser por el afán de Illumination de intentar hacernos llorar (se pasan tanto que acaba cansando) serían geniales. Luego hay ciertos detalles en las otras tramas que son destacables, como el momento anime del Capitán Pompón o toda la critica hacia esa mafia de los Zoo's sospechosos. Pero se queda en la superficie, como siempre pasa con Illumination cuando tiene algo interesante entre manos.

Todo lo demás es tan típico, estúpido y simple que acaba agotando la paciencia del espectador, llegando al punto de hacer que esos modestos 95 min de metraje parezcan dos horas. Casi nunca aciertan cuando intentan hacerte reír (algún gag se salva, como el del veterinario), y son muy insistentes. Se complican demasiado con ese entramado de historias y acaba siendo algo confuso y caótico. El ritmo frenético de la primera entrega se ve sustituido por uno mucho más calmado en pro de la historia, pero cuando la historia no tiene nada de valor es un punto en contra para la película. Todos los personajes quedan relegados a un segundo plano, a un simple alivio cómico. A excepción de Max ninguno tiene un arco de personaje como tal, cosa que si sucedía en la anterior (mejor o peor, pero existía).

Solo consigue remontar cuando más se acerca a su predecesora. Cuando vuelve al ritmo frenético y las persecuciones alocadas como ocurre al final. El resto es un intento más por parte de Illumination de estirar el chicle, algo en lo que son expertos. Esta vez, sumándose al carro de los superhéroes e incluso del feminismo. Con dos narices.

Eso si, los niños se lo pasarán bien. Lo que pasa es que los padres/adultos estamos tan bien acostumbrados a que nos entretengan a nosotros también que nos olvidamos que este tipo de películas son para ellos. De todas formas no quiero que esto sirva para aflojar la critica. La Illumination de este tipo es un atraso para la animación y un argumento más para aquellos que siguen diciendo en pleno 2019 que la animación solo es para niños.