Veamos.. las sagas familiares resultan de maravilla, según se ve.. más si pasan por los años 60/70, si incluyen éxitos de la época (y el gran Giorgio Moroder con From Here to Eternity, nada menos..), un prota que está para comérselo, y el previsible toque melancólico/nostálgico... El resto de sus logros también lo son, por otra parte. Y tampoco ayuda el abuso de voz en off, el excesivo enfoque en el chaval protagonista para una historia con potencial coral, y que de este personaje, pese a aparecer en el 90% de las escenas de un film de dos horas, apenas se perciban un par de matices más allá de la definición de su sexualidad y los tópicos de bajada a los infiernos existenciales.. una experiencia agradable, pero que no aporta gran cosa (otro adolescente en éxtasis místico con Bowie y Pink Floyd..?) por su incapacidad de tomar perspectiva respecto de lo que cuenta, que lo hace parecer casi una tomadura de pelo cuando uno piensa en La Mejor Juventud, por muy importante que sea el tema para su director..