Scorsese a lo largo de este film nos enseña la vida rutinaria y monótona de Travis, un conductor de taxi, veterano de Vietnam en una situación asquerosa y corruptible que se vive en la Ciudad de New York en los años 70s.

Travis es la imagen del típico ciudadano norteamericano inestable emocionalmente, que busca salir de su monotonía para darle un poco de emoción y de acción a su propia vida con la intención de poder ayudar a aquellas personas que se encuentran sumergidas en las garras de la drogadicción y la prostitución, las cuales están presentes por aquellas calles del bajo mundo.

A manera de que va pasando el film Scorsese, nos va enseñando todas esas facetas psicológicas por las cuales Travis va pasando al instante de intentar hacer justicio por mano propia, lo cual genera en el espectador una diversidad de emociones, ya que deja en la intriga y a la espera de poder ver cual será ese impactante momento que dará vida a sus traumas y frustraciones durante cada escena.

A pesar de la excelente y destacada actuación de Robert de Niro y de una impresionante fotografía y banda sonora, la historia pierde un poco de sentido, lo cal resulta un poco tediosos, sin embargo el final en mi opinión deja mucho que desear, ya que deja muchos cabos sueltos e ideas al aire, los cuales crean cierta confusión al público. Sin embargo es una muy buena película, la cual no es fácil de dejar pasar por desapercibida.