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Vanuatu Vanuatu · Tomando el sol en Arrakis
Voto de Palasaca:
7
Animación. Fantástico. Musical. Aventuras. Comedia. Infantil Cuando una profecía condena a un reino a vivir un invierno eterno, la joven Anna, el temerario montañero Kristoff y el reno Sven emprenden un viaje épico en busca de Elsa, hermana de Anna y Reina de las Nieves, para poner fin a un gélido hechizo... Adaptación libre del cuento "La reina de las nieves". (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2013
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien en el fin de semana de su estreno ya había publicado una crítica (muy positiva) sobre “Frozen”, la nueva producción animada de Disney, ahora que he vuelto a verla en versión original he decidido reescribir aquella para poder ampliarla y comentar ciertos aspectos de esta película que se me habían quedado en el tintero o que se me habían pasado por alto. Y como entre medias he vuelto a ver la estupenda “Enredados” (2010), con la que “Frozen” comparte muchas cosas, pero también presenta notables diferencias, voy a aprovechar para compararlas.

Mientras que “Enredados” es una comedia romántica de aventuras que usa la música como un mero complemento, “Frozen” es un musical con todas las letras, sobre todo en su primera mitad, en el que las canciones son una parte imprescindible de la historia. En efecto, en “Frozen” son los números musicales los que nos dan la clave de la psicología de los personajes, de sus motivaciones y de sus sentimientos, en especial los de la reina Elsa, y por eso se concentran (y de qué manera) en la primera media hora de la película: cinco canciones en poco más de treinta minutos (sin contar el canto de apertura “Vuelie” que sustituye en esta ocasión a la habitual sintonía Disney) y que consumen la mitad de ese tiempo.

Por el contrario, aunque en “Enredados” también hay canciones en su primera parte (hasta la secuencia de la presa), son muchas menos, tienen un menor peso en la trama, son más cortas y su fin es, sobre todo, cómico y sentimental.

Y donde en “Enredados” hay una magnífica secuencia de acción (la ya mencionada de la presa) que, por así decirlo, divide en dos partes la película, en “Frozen” tenemos un magistral número musical (“Let it go”, con la creación del castillo de hielo por Elsa y que puede verse en Youtube) que supone un antes y un después. Porque, una vez caracterizados a través de la música los personajes, la cantidad de canciones desciende de forma radical en la segunda parte de la película (tres números musicales de los que sobraría uno, el de los trolls, que no aporta nada) y de hecho en la última media hora no hay canción alguna, convirtiéndose “Frozen” en una película de acción y aventuras.

Es en esta peculiar y desequilibrada estructura narrativa donde más se aprecian los defectos de “Frozen”. En este sentido, “Enredados” es una película mucho más redonda, en la que quizás sobre alguna canción al principio, pero que en absoluto supone un lastre. De hecho, el guión de “Enredados” está más logrado, la química entre los dos protagonistas (Rapunzel y Flynn) es absoluta y los secundarios cómicos (Maximus y Pascal) sostienen por sí mismos secuencias enteras de la película sin decir ni una sola palabra.

Por el contrario, el guión de “Frozen” es mucho más simple, girando básicamente en torno a la compleja personalidad de Elsa y al amor incondicional que le profesa su hermana, la química entre Anna y Kristoff es escasa (este es un chaval noblote y simpático pero sin ningún atractivo, todo lo contrario que el príncipe Hans, mucho más logrado) y los dos complementos cómicos, el reno Sven y el muñeco de nieve Olaf, están muy desequilibrados, porque mientras que Sven trata de caer tan simpático como Maximus (incluso imitando su comportamiento perruno) sin conseguirlo en absoluto, el entrañable y parlanchín Olaf resulta mucho más gracioso y tierno, dándole veinte vueltas al reno.

También hay grandes diferencias entre los villanos en ambas películas. Porque si en “Enredados” teníamos a una “mala” de primera división (Madre Gothel), dotada de una personalidad arrolladora que con su sola presencia se hacía dueña de la pantalla y a la que se reservaba el mejor número musical de la película (“Mother knows best”), en “Frozen” el “malvado” no aparece hasta casi el final, y de forma a mi entender bastante forzada, ya que su comportamiento en esta parte del film poco tiene que ver con el del resto de la película. Parece como si fuese obligado que en todas las películas Disney hubiese un villano o una villana y aquí lo hayan metido con calzador y a toda prisa. En este sentido, hay que decir que el papel de Elsa no es en absoluto el de una villana, sino el de una persona profundamente traumatizada, que tiene miedo de sí misma por culpa de la desacertada decisión de sus padres sobre cómo debía tratar de controlar sus poderes.

Desde el punto de vista técnico también hay similitudes y diferencias entre ambas producciones. Llama la atención en primer lugar el gran parecido físico que hay entre Rapunzel y las dos protagonistas de “Frozen”. No son iguales, claro, pero tanto Anna y Elsa como la rubita de “Enredados” comparten una “genética digital” común: cuerpos esbeltos, cabezas algo desproporcionadas, grandes y brillantes ojos, narices pequeñas, rostros ovalados, amplia sonrisa… Hay escenas en las que las tres podrían intercambiarse sin ningún problema, gestos incluidos. Flynn y Hans tienen también cierto aire, pero es en el caballo de este último donde se aprecia claramente la influencia del Maximus de “Enredados”. Hasta su comportamiento es similar (escena de la barca). Incluso son parecidas en su aspecto las pequeñas “ciudades-estado” y los ciudadanos que las habitan. Todo marca de la casa.

[SIGUE EN EL SPOILER POR FALTA DE ESPACIO]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Palasaca
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