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Voto de Palasaca:
3
4,0
2.098
Ciencia ficción
En el futuro cercano, el cambio climático ha provocado la necesidad de emplear oxígeno artificial para poder respirar. Con su mujer enferma y pocas esperanzas de sobrevivir, Ethan (Smit-McPhee) se ve obligado a viajar al futuro para buscar una cura para su misteriosa enfermedad. Sin saber en quién confiar, debe navegar por un futuro repleto de peligros y sin la certeza de poder regresar a casa. (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2021
38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción australiana de ciencia-ficción cuyo presupuesto era más corto que su título y que trata de desarrollar con bastante mal resultado un argumento muy trillado de apocalípsis climático y viajes en el tiempo. Fallan muchas cosas en esta película, empezando por una duración excesiva (casi dos horas), una pésima selección de actores (a excepción del “amigo” del protagonista, Ryan Kwanten, que está bastante correcto en su papel) y un guion que trata de sorprender pero que enseguida muestra que sus tres autores (entre ellos, el director de la película) no dominaban para nada el subgénero de los viajes temporales, por no hablar de sus escasos conocimientos científicos (ver spoiler). Y es una pena, porque un guion más trabajado habría dado como resultado una película mucho mejor.
En cuanto a los efectos especiales, pues hay un poco de todo: algunos bastante buenos y claramente inspirados en “Blade Runner”, otros regulares y que parecen sacados de la serie documental “La Tierra sin nosotros” y otros, finalmente, un poquito ridículos (la escena de la sala de control del reactor con esas chispas de bengalas...).
Resumiendo: puedes verla sin demasiadas expectativas y si no la ves no te pierdes nada. En el “spoiler” le saco los colores a los guionistas, aunque no creo que vayan a leer esta crítica.
En cuanto a los efectos especiales, pues hay un poco de todo: algunos bastante buenos y claramente inspirados en “Blade Runner”, otros regulares y que parecen sacados de la serie documental “La Tierra sin nosotros” y otros, finalmente, un poquito ridículos (la escena de la sala de control del reactor con esas chispas de bengalas...).
Resumiendo: puedes verla sin demasiadas expectativas y si no la ves no te pierdes nada. En el “spoiler” le saco los colores a los guionistas, aunque no creo que vayan a leer esta crítica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Cuando escribes ciencia-ficción tienes dos opciones: o apostar por la fantasía sin complejos, o tratar de convencer al público de que lo que le estás contando tiene alguna verosimilitud científica. Lo malo es cuándo por vagancia o desconocimiento te quedas en una suerte de “tierra de nadie” que hace que el espectador-lector medianamente informado arrugue una ceja y se pregunte “¿Pero qué me estáis contando?” y que toda la suspensión de la incredulidad se vaya por el desagüe.
Así, aunque quede muy ecologista, a estas alturas no puedes basar tu historia en esa creencia errónea de que los bosques y las plantas son “el pulmón del planeta” y que, si la vida vegetal desaparece, la atmósfera se vería privada de oxígeno, cuando una simple búsqueda en Google te permite saber que entre el 50 y el 80% del oxígeno atmosférico procede de los océanos, de esa incontable cantidad de algas unicelulares y bacterias fotosintéticas que pulula en sus 200 primeros metros de profundidad. De hecho, se ha calculado que, de ocurrir la catástrofe que sirve de excusa a la película, la absoluta y total extinción de la vida vegetal, el porcentaje de oxígeno en la atmósfera bajaría en torno a un... 1%. E incluso si toda la vida animal y vegetal productora de oxígeno desapareciera de la noche a la mañana, a los consumidores de oxígeno nos quedarían unos 1.000 años para tratar de hacer algo.
Mal empezamos, pero la cosa empeora cuando nos sueltan que hay empresas que se dedican a fabricar “oxígeno sintético” (???) que no es muy abundante y que se convierte de facto en la “moneda” de ese mundo. Se ve que en 2067 el conocimiento de la química ha retrocedido a niveles medievales y no saben disociar el hidrógeno y el oxígeno del agua, cosa que en nuestro mundo se hace a diario sin problemas desde hace más de un siglo y pico y que es el método que se usará en el futuro en la Luna o en Marte a partir del hielo para conseguir oxígeno respirable y combustible.
Pasemos ahora a la trama temporal. No voy a destriparla en exceso, pero hay que decir que hay partes de ella que no tienen ningún sentido. Veamos... Cuando el padre científico en 2047 recibe el mensaje de su hijo desde el siglo XXV y empieza a prepararlo todo para que su destino se cumpla... ¿Por qué le dice a su mujer y al crío al que le acaba de poner esa “llave genética” que se vayan “de paseo” en mitad de la noche a dónde se conocieron? A ella la mata un ladrón y al padre lo mata la dueña de la empresa, pero eso no lo sabía nadie con antelación, luego la de la madre es una muerte sin sentido que tiene como único objetivo que haga su aparición el que será “amigo inseparable” del protagonista para salvarle la vida, pero este tampoco sabía previamente dónde matarían a la madre pues el padre no llegó a decirlo.
Otro gran error del guion es el esqueleto del protagonista en el siglo XXV. A ver, aquí sólo hay una trama temporal, no hay bucle alguno que haga repetir los acontecimientos una y otra vez. De hecho, la única explicación “lógica” es que Ethan White y su “amigo” regresaran a su pasado y que el primero muriera a manos del segundo poco antes de que lo hiciera el resto de la Humanidad, pero lo que se nos dice es que muere en el futuro, en el mismo año al que llega el protagonista. Entonces, ¿cuándo se ha producido ese viaje previo y por qué está esqueletilizado como si llevase 400 años muerto?
Pero el error, el gran y definitivo error es que nos dicen que TODA la vida vegetal, hasta la que estaba en laboratorios, ha desaparecido en 2067. Entonces, ¿De dónde ha salido toda esa vida vegetal que ha repoblado el planeta en escasos cuatro siglos sin presencia humana (hasta que el prota cambia el rumbo de la historia). En esa línea temporal no habría opción a ese renacimiento, al menos no en cuatro siglos.
Así, aunque quede muy ecologista, a estas alturas no puedes basar tu historia en esa creencia errónea de que los bosques y las plantas son “el pulmón del planeta” y que, si la vida vegetal desaparece, la atmósfera se vería privada de oxígeno, cuando una simple búsqueda en Google te permite saber que entre el 50 y el 80% del oxígeno atmosférico procede de los océanos, de esa incontable cantidad de algas unicelulares y bacterias fotosintéticas que pulula en sus 200 primeros metros de profundidad. De hecho, se ha calculado que, de ocurrir la catástrofe que sirve de excusa a la película, la absoluta y total extinción de la vida vegetal, el porcentaje de oxígeno en la atmósfera bajaría en torno a un... 1%. E incluso si toda la vida animal y vegetal productora de oxígeno desapareciera de la noche a la mañana, a los consumidores de oxígeno nos quedarían unos 1.000 años para tratar de hacer algo.
Mal empezamos, pero la cosa empeora cuando nos sueltan que hay empresas que se dedican a fabricar “oxígeno sintético” (???) que no es muy abundante y que se convierte de facto en la “moneda” de ese mundo. Se ve que en 2067 el conocimiento de la química ha retrocedido a niveles medievales y no saben disociar el hidrógeno y el oxígeno del agua, cosa que en nuestro mundo se hace a diario sin problemas desde hace más de un siglo y pico y que es el método que se usará en el futuro en la Luna o en Marte a partir del hielo para conseguir oxígeno respirable y combustible.
Pasemos ahora a la trama temporal. No voy a destriparla en exceso, pero hay que decir que hay partes de ella que no tienen ningún sentido. Veamos... Cuando el padre científico en 2047 recibe el mensaje de su hijo desde el siglo XXV y empieza a prepararlo todo para que su destino se cumpla... ¿Por qué le dice a su mujer y al crío al que le acaba de poner esa “llave genética” que se vayan “de paseo” en mitad de la noche a dónde se conocieron? A ella la mata un ladrón y al padre lo mata la dueña de la empresa, pero eso no lo sabía nadie con antelación, luego la de la madre es una muerte sin sentido que tiene como único objetivo que haga su aparición el que será “amigo inseparable” del protagonista para salvarle la vida, pero este tampoco sabía previamente dónde matarían a la madre pues el padre no llegó a decirlo.
Otro gran error del guion es el esqueleto del protagonista en el siglo XXV. A ver, aquí sólo hay una trama temporal, no hay bucle alguno que haga repetir los acontecimientos una y otra vez. De hecho, la única explicación “lógica” es que Ethan White y su “amigo” regresaran a su pasado y que el primero muriera a manos del segundo poco antes de que lo hiciera el resto de la Humanidad, pero lo que se nos dice es que muere en el futuro, en el mismo año al que llega el protagonista. Entonces, ¿cuándo se ha producido ese viaje previo y por qué está esqueletilizado como si llevase 400 años muerto?
Pero el error, el gran y definitivo error es que nos dicen que TODA la vida vegetal, hasta la que estaba en laboratorios, ha desaparecido en 2067. Entonces, ¿De dónde ha salido toda esa vida vegetal que ha repoblado el planeta en escasos cuatro siglos sin presencia humana (hasta que el prota cambia el rumbo de la historia). En esa línea temporal no habría opción a ese renacimiento, al menos no en cuatro siglos.