Muy recomendable película de serie B de “terror espacial”que destaca por una ambientación muy cuidada (está rodada en el desierto de Jordania, y basta con ver las imágenes transmitidas por los rovers de la NASA para ver que los responsables de localizaciones lo clavaron) y cuya primera parte no tiene nada que envidiar a cualquier buena historia de ciencia-ficción “hard”. Tanto las instalaciones de la base marciana como los vehículos todoterreno como las naves se merecen un sobresaliente. En este sentido, sólo se puede “criticar” alguna cosilla como lo rápido que los protagonistas entran y salen de las instalaciones y vehículos con sus trajes espaciales (prepararse para una actividad extravehicular lleva bastante más tiempo) y el sempiterno problema de la simulación de la gravedad (en Marte es un tercio de la terrestre), pero lo primero rompería el ritmo de la narración y lo segundo sería un problema para las escenas de acción, además de obligar a una producción mucho más costosa, y tanto una cosa como otra tampoco se cuida demasiado en otras supuestas “obras maestras” que pululan por ahí.

Como decía, esta película de poco más de hora y media tiene dos partes claramente diferenciadas, la primera es una historia de ciencia-ficción “hard” o “dura” y la segunda es una historia de terror zombi al uso. Pero están bien imbricadas y no rechinan en exceso. Es una pena que un final que se huele desde el principio, no muy bien rematado (no queda muy claro qué ha pasado alrededor de la nave de rescate) e innecesariamente abierto no permitan darle una nota mayor, pues con un guion algo más trabajado en su parte final estaríamos hablando de una película de nota 9.

Pero vamos, me ha entretenido y me ha tenido en tensión una tarde de domingo.