Haz click aquí para copiar la URL
España España · malaga
Voto de alvaro:
6
Comedia. Drama Gemma, la hija del dueño de una pensión, está enamorada de su medio hermano, pero como no pueden casarse, termina esposándose con un profesor al que no ama. Pronto Gemma traiciona a su marido, siendo chantajeada por ello por una condesa rumana que la obliga a convertirse en prostituta... (FILMAFFINITY)
12 de abril de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A partir de su experiencia personal, con filtros freudianos, Moravia ensayó una y otra vez el exorcismo de sus obsesiones en un juego, no sin ambigüedad, en el que se clarea su tormento y su éxtasis. Acaso el rizo de esa literatura reiterante será El desprecio, de cuya traslación godardiana no queda más que la música de Deleure, porque ciertamente Moravia es apetitoso por los argumentos cinematográficos pero deleznablemente trasladable en cuanto al estilo. Precisamente, por el empleo del monólogo interior, la vacilación y el propio extrañamiento de los personajes plasmado en la anfibología y en la contradicción de sus discursos, pero sobre todo de sus acciones que parecen guiadas por un instinto que los aliena.
La primera adaptación -de las muchas- cinematográfica de Moravia es La provinciana, relato heredero del realismo, y no exento de tintes folletinescos, que en manos de Soldati adolece del interiorismo literario del novelista, un vicio que acompañará a muchas de las adaptaciones del romano; así, el existencialismo de El tedio (1963) se reduce a cuento erótico; en el Desprecio (1963), la culpabilidad dostoievskiana se empaña con los excesos pedantes de Godard o el edipismo de El hombre que mira (1994) se diluye en una historieta softporno, y así unas cuantas. En La provinciale, de entrada, la galanura de sus intérpretes enajena los personajes. Moravia describe a Gemma como fea y anémica, nada más lejos de la carnal Lollo. Más allá del retrato, la etopeya del personaje nos da la clave de la historia, la irrenunciable e inescrupulosa necesidad de escapar de la insoportable condición vivida como una maldición, una constante en la dinámica de los personajes moravianos entre la pulsión, la escisión del Yo y la alienación. Pero Soldati, con el guionista Georgio Bassani, ambos militantes socialistas y muy en consonancia con el realismo de la época toman de la novela el hilo satirizante de un tiempo y una clase social, pero a mi entender postergan la urdimbre general de la obra y condicionan la historia.
Cierto es que Moravia fue crítico impenitente de la burguesía italiana como lo fue con la política en El Conformista o con el estamento familiar en los Indiferentes, un criticismo que, a la manera de un estructuralista, fue descubriendo en las formas fascistas, católicas, burguesas y hasta comunistas, militancia de la que termino despotricando.
En La Provinciana, Moravia no está denunciado un cuadro social sino que enmarca este cuadro para mostrar la condición humana, Soldati, en cambio, se queda en la espuma del melodrama social.
Película, por lo demás, bien construida, bien interpretada, con el encanto de la entrañable patina del tiempo y del sapore y sapere que atesoran los italianos haciendo cine.

Álvaro
alvaro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow