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España España · santiago de compostela
Voto de berenice:
7
Drama. Comedia Mariano Bonifazi (Ugo Tognazzi) es un honrado pero inflexible juez de izquierdas italiano. Mientras lleva a cabo la investigación del asesinato de una joven, ocurrido en extrañas circunstancias, comienza a sospechar que un famoso empresario llamado Lorenzo Santenocito (Vittorio Gassman) está vinculado al crimen. Lorenzo, desprejuiciado, multimillonario y prevaricador, es un vividor con pasado fascista. El funcionario cree firmemente que ... [+]
27 de febrero de 2014
28 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película sin esperanza, de las que hicieron Risi y Gassman cuando se hicieron mayores. Sus dosis de vitriolo son absolutamente letales porque ya no vienen diluidas,como antaño, en cierta ternura o piedad hacia los personajes. La decepción y la amargura impregnan cada fotograma, cada escena, desde ese palacio de justicia que se desploma, pasando por esas playas llenas de mierda, (en las escenas risianas de los sesenta estaban llenas de turistas despreciables, pero aún eran veraniegas), hasta llegar a la patética claudicación final del juez en una escena memorable que a mí me recuerda a cien mil merluzos empapados en una fuente, pitando con sus claxon y gritando "soy español, español, español" en medio de la putrefacción cultural, molicie moral y venalidad institucional que nos rodea, como un cáncer ya inextirpable.
Esa virtud de radiografiar nuestra propia miserable realidad española la ha tenido muchas veces el cine italiano, ya que aquí estábamos con Martínez Soria. Pero pocas veces, como en esta película, puede uno contemplar su propia realidad social con el calendario actualizado en la mano, aunque fuera realizada hace más de cuarenta años. Es tal el parecido que asusta.
Las actuaciones de los protagonistas están en sintonía con esta idea: el histrionismo de Gassman es el de la gente abducida que grita por la calle, el de la locura del boom inmobiliario, el de que siga la fiesta para tapar el olor a podrido. En la línea del gran actor italiano, los secundarios aparecen histriónicos, sobreactuados, (como los padres de la prostituta), inmersos en esa vorágine de suciedad en la que no se entretienen ni un momento en pensar. Por el contrario, la contención recargada,.valga la paradoja, de Tognazzi, intenta dar una triste réplica a ese mundo corrupto y vulgar, hasta que le estalla la cara de sobriedad en la apabullante secuencia final. Son dos extraordinarios actores en un mano a mano espectacular, pero también son dos maneras de ver la vida y el mundo. Y ninguna complacencia por parte de Risi.
Lástima que el ritmo cinematográfico esté algo descuidado, como si sólo importara la denuncia; o que el guión aparezca desmayado o el metraje con demasiados momentos sobrantes. Pero son muchas las virtudes de esta terrible, tristísima, claudicadora cinta que, como Benjamin Button, quizá nació vieja y hoy tiene una actualidad apabullante.
berenice
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