Tenemos así a un detective viejo, poco agraciado, aburrido, decadente y fracasado que no transmite ningún tipo de inteligencia, que hace todo el tiempo justo aquello que no debería hacer y cuyo mejor amigo es un gringo intelectualmente limitado muy típico de la América profunda. Su amante es una psicóloga que parece no tener ningún tipo de sensatez ni sentido común, quien además, increíblemente, a pesar de que mantiene una relación completamente pública con el detective (recuérdese cuando se besan afuera del edificio), es la encargada de evaluar la salud psicológica del detective con el fin de determinar si este está en condiciones de desempeñar su puesto; esto no creo que suceda en ninguna institución ni siquiera de países subdesarrollados. Y luego está la protagonista, quien sólo requería ser una rubia super atractiva a la manera de Kim Basinger o Cameron Díaz. Sus desnudos y escenas de sexo son el jugo de la película. Lo demás sale sobrando, pues la trama no es más que un pretexto de lo más torpe para vender sexo.

A ver, tenemos a una mujer que asesina pero que nadie puede arrestar a pesar de provocar y sugerir todo el tiempo su culpabilidad a través de su actitud y a través de los libros que ha publicado. Es astuta, malvada, provocadora, frívola, insensible, e igualmente lujuriosa como su coprotagonista. Ese es todo su chiste. No tiene ningún atractivo más. Ni si quiera es un personaje que haga gala de alguna inteligencia especial para calcular un crimen y evadir su responsabilidad más allá de su devastadora belleza. Además, es tan absurdo su perfil: es licenciada en literatura y parece que sus libros son novelas rosas con unas portadas que dan pena ajena. Pero también es psicóloga, lo que no parece influir para mostrar un poco de humanidad y sensibilidad. ¿Es que todos los psicólogos de este universo se graduaron por correspondencia o qué? Bueno, es tan malvada que mató a sus padres y a un maestro, pero aun así nadie es capaz de establecer vínculos acusatorios.

Al final, muy a su estilo, el director deja abierta la resolución de la trama. Eso funcionó muy bien en Total Recall, pero aquí cae muy mal porque si ya te chutaste una película sosa y aburrida al menos esperas saber quién diablos es el asesino, pero no, no se nos permite saberlo con certeza, insultándonos así a cada uno de los espectadores que soportamos su soporífero filme hasta el final. Mal por el director, tan complaciente esta vez.