No me gustan las comedias románticas.

La pantalla dividida es un recurso que puede hacer que una película sea buena o mala. Un mal uso de la pantalla dividida resulta pretencioso y hace que el conjunto del film deje un sabor a "todo vale con tal de lucirme" por parte del director. Más aún si, como en este caso, estamos ante la ópera prima del director. Sin embargo, '(500) Días juntos' no solo sale airosa del trance sino que el buen criterio de uso de la pantalla dividida la refuerza como una más que notable película. Lo mismo sucede con los restantes recursos formales utilizados, que no son pocos. Desde el minuto uno, titulos de crédito incluídos, se muestra un estilo narrativo original (sobre todo en este género). Todo parece estar contado así por algún motivo, da la sensación de que todo aporta algo positivo al conjunto, de que muy pocas cosas chirrían (si es que alguna lo hace). Nos encontramos con una comedia romántica que, en gran parte gracias al fantástico guión, no es una simple sucesión de lugares comunes. Es más, mucho más. Lo que podría acabar siendo un pretencioso debut en la dirección se convierte en una obra moderna, amena, fresca y divertida. Hay que desacar especialmente el ritmo y continuidad de la película, que le otorgan a la historia una linealidad y un fácil seguimiento inesperados tras el comienzo. Otro aspecto muy destacable es la más que correcta elección y utilización de la música. La fusión entre música y relaciones de pareja, y el tono general, recuerdan al maravilloso libro de Nick Hornby (y su adaptación cinematográfica) 'Alta fidelidad'. En resumen, '(500) Días juntos' es una sorpresa agradable, inesperada y muy recomendable.

Me gustan las historias de chico conoce a chica.