Crecí viendo la segunda película de esta saga una y otra vez. Es obvio que nuestra actitud crítica es inexistente de niños, pero al menos somos capaces de diferenciar si una película nos gusta o no, más allá de del hecho de conocer quién ha escrito o dirigido la película, y su historial dentro de la industria.
Yo tengo un gran cariño por la segunda entrega de la saga, y considero que es una buena película incluso actualmente, pero ésta tercera entrega se ha descalabrado totalmente. No genera ningún tipo de tensión o miedo, y con una banda sonora totalmente nula durante la película. Sin dudar un segundo, me quedo con el título de 2003.
Desde luego la única pregunta que me surge desde lo más profundo de mi amor al cine es, ¿qué te ha pasado señora Salva?.