Llevaba tiempo queriendo ver esta película; tenía buenas referencias, amigos míos me la
recomendaban encarecidamente, pero por una cosa o por otra nunca la había visto.
Una tarde de verano agarré unas cervezas y un amigo, y nos dispusimos a pasar dos horas acompañados por el típico chupasangre que todos conocemos. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos una introducción cargada de fuerza y crueldad, sangre y dolor, e, incluso, una lucha entre el bien y el mal…

Drácula, para mí, es lírica hecha cine, unos diálogos rebosantes de belleza, una ambientación sobresaliente, sobrecogedora.
Sin duda, lo mejor de la película es el trasfondo sobre el que Coppola sustenta esta historia, el color y el aire místico y extraño. La música juega un papel importante también, de hecho, hay escenas en las que no hay una gran trascendencia, ni debería haber tensión, pero los acordes y melodías de Wojciech Kilar hacen que me haya sido imposible apartar los ojos para mirar donde ha ido a parar mi cerveza.

En cuanto a los actores, cabe decir que tienen todos una actuación bastante buena, fantástica en el caso de Oldman, muy buena en el caso de Ryder, bastante buena en el caso de Hopkins y en el de Reeves… ¿dónde está mi cerveza?

Quizás la única pega, en mi opinión, que tiene la película es que el argumento no es llevado con la brillantez que se espera de una película que tiene todo lo anteriormente citado, de hecho, es, junto con el trabajo de Reeves, lo que le quita el punto que le haría tener un 10.

Al final, una ambientación gótica, un toque romántico (hay algún escenario que Bécquer utilizaría par ilustrar sus leyendas), una pizca de erotismo, tensión, el terror ligado a una historia de amor y un buen acompañamiento musical dan como resultado un 9.

Desde luego me dejo muchas cosas que comentar, pero no es necesario, simplemente busque la película y véala, sin más.