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España España · La Vaca de Muchos Colores
Voto de Pierrot Le Fou:
6
Comedia. Drama. Romance La joven Young-goon está internada en un psiquiátrico porque cree que es un cyborg. Se niega a ingerir comida y se alimenta sólo de pilas y baterías eléctricas porque cree que, como ser cibernético, sólo necesita electricidad. Su actitud cambia cuando entabla amistad con Il-soon, un joven que se oculta constantemente tras una máscara. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"I'm a Cyborg..." es la historia de una chica que, creyendo que su apariencia humana no coincide con su verdadera naturaleza robótica, abandona las costumbres y actitudes habituales para empezar a comportarse como si realmente hubiese sido diseñada para sobrevivir en el mundo como un robot desamparado. Así, las lógicas interacciones que a un autómata llenarían de energía y otorgarían satisfacción, como recargarse con cables conectados a una toma de alto voltaje, alimentarse de pilas en vez de alimentos o preocuparse más por cumplir las (desconocidas) órdenes de sus creadores que por atender a sus obligaciones humanas acaban dando con sus huesos (¿O circuitos?) en el manicómio, donde una ristra de superextravagantes personajes se mezcla con nuestra amiga amenizando el por otra parte bastante flojo devenir de los acontecimientos. La inocente protagonista nos deleita con felices ocurrencias envueltas en un cierto halo de dramatismo heredado de uno de los tópicos más explotados e interesantes del cine y la filosofía: Si es un cyborg… ¿para qué ha sido creado…? ¿Cuál es la razón de su existencia…? (O, más humanamente: ¿Quiénes somos, de donde venimos, a donde vamos…?). Sin embargo, todo el desarrollo y la elucubración que se puede esperar de tan prometedor planteamiento se queda en una mera inquietud de la protagonista que no es explotada por el director en tales direcciónes. A cambio, Park nos deleita con otras propuestas igualmente intimistas y humildes como la particular visión del mundo de un cyborg que intenta comunicarse y dialoga tiernamente con el resto de aparatos eléctricos que encuentra, que recarga su energía lamiendo los polos positivo y negativo de las baterías o que fantasea casi humanamente con acribillar a balazos a los responsables del encierro de su abuela en un sanatorio para ancianos. Pese a que constantemente aparecen filones arguméntales (como la prohibición a la cyborg de desarrollar sentimientos como la compasión o la tristeza, lo que la convertiría en un ser viviente definitivamente humano), estos no son desarrollados en la película, con lo que quedan relegados a un mero papel anecdótico que deja al espectador un remarcado sabor a poco. Finalmente, la originalidad de los personajes secundarios, inmersos en extraños comportamientos propios de su condición de internos de manicómio, queda igualmente desaprovechada, con sus apariciones limitadas a una simple presentación que, con una sola excepción, no ejercen ninguna influencia en el argumento o el desarrollo de la historia.
En definitiva, una película que pese a hacer gala de una estética más que notable (sobre todo en lo que a cromatismo se refiere) y brindar una cantidad de propuestas inteligentes y originales, no acaba de culminar ninguna de sus virtudes con un desarrollo completo y dedicado, dejando una sensación de inconclusión bastante agria en el espectador (que se ve engrandecida cuando se piensa, una vez más, en quien es el responsable de tan chocante aventura).
Pierrot Le Fou
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