Haz click aquí para copiar la URL
España España · SALAMANCA
Voto de SALMANCINE:
9
Drama La fama del saxofonista de jazz Charlie ’Bird’ Parker crece rápidamente a partir de su llegada a Nueva York en 1940. Pero Parker comienza a abusar del alcohol y las drogas, y su vida se convierte en un infierno. (FILMAFFINITY)
7 de octubre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta delicia Eastwood avisó al personal de que detrás de ese pistolero sin alma y sentimientos y de ese policía sin escrúpulos que mataba por muchos motivos, por ejemplo porque sí, se escondía un intelectual con más inquietudes que las de simplemente hacer caja en las salas de cine.
De todos es sabido la afición que profesa por el jazz, del que es una auténtica autoridad y declarado admirador incondicional y qué mejor homenaje a los músicos de todo el mundo que filmar una película en recuerdo del saxofonista más grande del siglo XX, junto con John Coltrane y Stan Getz, al menos para el que escribe estas líneas.
Charlie Parker fue un mártir de sí mismo, escogió vivir deprisa con las consecuencias irreversibles que ello conlleva, de hecho fue avisado con una precisión de cirujano a los quince años de que, si seguía castigándose de la manera que después lo hizo, duraría veinte años más, y eso fue lo que duró, puesto que falleció sin cumplir los treinta y cinco.
Forest Whitaker probablemente sea el actor de color con más talento que haya dado el cine, pero tiene como hándicap que tiene un físico que lo delimita para ciertos papeles, evidentemente jamás lo veremos haciendo de galán, pero ni puñetera falta que nos hace.
En esta película es Charlie Parker, sus gestos, su forma de hablar, sus miradas, su manera de comportarse, la posición de los dedos en el saxo, sus gestos de colocado, su angustia por la resaca, su desesperación en los intentos de suicidio... todo es estremecedor.
Él solito se despacha las dos horas y media que dura el largometraje convirtiéndolas en un abrir y cerrar de ojos, que nos recuerdan lo desaprovechado que está su brillante talento y carisma.
Primera obra maestra de Eastwood que, repito, supone un entrante del jamón ibérico de bellota con el que nos ha obsequiado en años venideros y que, a buen seguro y si Dios se lo permite, nos pueda seguir deleitando algunos años más, espero que sí, ya hemos cubierto el cupo de grandes que se nos van, este señor no puede dejarnos huérfanos, no por el momento, nos sigue dando razones para seguir creyendo en la magia que fluye cuando comenzamos a ver algo suyo, paradójicamente sin dar un... MALPASO.
SALMANCINE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow