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Voto de Duque:
4
7,5
7.862
Comedia
En una casa aislada y próxima a las vías del tren vive la señora Wilberforce, una venerable anciana que alquila dos habitaciones al misterioso profesor Marcus y a los cuatro miembros de su siniestra banda de música. (FILMAFFINITY)
29 de julio de 2010
29 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esa tarde estaba en mi salón disfrutando de la compañía de mis cuatro queridísimas amigas del internado. Hablábamos del nuevo vestido de nuestra reina Isabel la Segunda, cuando una de ellas, la inquieta Sylvia, nos propuso ir al cine. Bien sé que las salas de proyecciones no son lugar para que cinco jovencitas de familias respetables empleen su tiempo libre viendo alguna película donde un hombre muestre su torso desnudo, como está muy de moda ahora en Hollywood. Al principio nos mostramos algo reticentes, pero Sylvia seguía insistiendo, así que al final aceptamos de mala gana. ¡Esta Sylvia! Qué equivocadas estábamos con respecto al filme. No se trataba de una de esas vulgares epopeyas de América, sino de una respetable comedia inglesa, ¡protagonizada por el mismísimo Alec Guiness! ¡Ingrid y Olivia casi se desmayan cuando lo vieron en el cartel! Logramos guardar nuestras formas hasta que al fin pudimos sentarnos en las butacas, siendo objeto de miradas de desaprobación por parte de algunos caballeros. ¡Qué vergüenza pasé! Menos mal que la penumbra de la sala nos proporcionó cierto anonimato y pudimos deshinibirnos un poco mientras no comenzaba la proyección. ¡Era tan emocionante acudir al cine sin la compañía de padres o tutores!
Fue increíble. Tan pronto comenzó la película, toda la sala estalló en carcajadas. Mina incluso empezó a patalear el asiento de enfrente (afortunadamente desocupado) fuera de sí en el momento en el que la anciana se acerca al carrito de un bebé y asusta a la criaturita. ¡Dios santo, qué vergonzoso! Incluso yo comencé a reír como una posesa. A mitad de la película ya no notaba las mandíbulas de tanto batirlas. No me había dolido tanto la barriga desde el día en que el circo italiano de los payasos visitó Londres. Los delincuentes, más que criminales, eran unos bufones. ¡Sólo les faltaba lanzarse tartas a la cara! Y la ancianita... ¡Pobre mujer! Qué malos ratos pasó. Menos mal que esos tunantes no eran tan listos como creían. ¡Y los momentos de tensión! ¡Ay! El corazón casi se me sale del pecho. Como el día en que pasé al lado del hijo de los Peterson, Anthony, y me saludó. ¡Qué bien plantado y qué educado! Se me subieron los colores a la cara.
¡Qué espectáculo! Una obra de arte, sin duda. Gracias a la actuación de Mr. Guiness disfrutamos de una tarde inolvidable. A la salida las cinco estábamos entusiasmadas, riéndonos al recordar cada una de las tretas desbaratadas por la inocente señora. Pero a mí, personalmente, el personaje que más me gustó fue el de Peter Sellers, que al final resultó ser el menos malo de todos. ¡Y además era tan guapo! Me despedí de las chicas con muchos besos y abrazos, que ya era muy tarde y al día siguiente tenía que madrugar para asistir a clases de violonchelo. Sin embargo, esa noche, por mucho que intentase dormir entre las sábanas de mi cama, no podía olvidar la carita de Mr. Sellers. ¡Oh, Mr.Sellers...!
-Angela Lansbury, 1955
Fue increíble. Tan pronto comenzó la película, toda la sala estalló en carcajadas. Mina incluso empezó a patalear el asiento de enfrente (afortunadamente desocupado) fuera de sí en el momento en el que la anciana se acerca al carrito de un bebé y asusta a la criaturita. ¡Dios santo, qué vergonzoso! Incluso yo comencé a reír como una posesa. A mitad de la película ya no notaba las mandíbulas de tanto batirlas. No me había dolido tanto la barriga desde el día en que el circo italiano de los payasos visitó Londres. Los delincuentes, más que criminales, eran unos bufones. ¡Sólo les faltaba lanzarse tartas a la cara! Y la ancianita... ¡Pobre mujer! Qué malos ratos pasó. Menos mal que esos tunantes no eran tan listos como creían. ¡Y los momentos de tensión! ¡Ay! El corazón casi se me sale del pecho. Como el día en que pasé al lado del hijo de los Peterson, Anthony, y me saludó. ¡Qué bien plantado y qué educado! Se me subieron los colores a la cara.
¡Qué espectáculo! Una obra de arte, sin duda. Gracias a la actuación de Mr. Guiness disfrutamos de una tarde inolvidable. A la salida las cinco estábamos entusiasmadas, riéndonos al recordar cada una de las tretas desbaratadas por la inocente señora. Pero a mí, personalmente, el personaje que más me gustó fue el de Peter Sellers, que al final resultó ser el menos malo de todos. ¡Y además era tan guapo! Me despedí de las chicas con muchos besos y abrazos, que ya era muy tarde y al día siguiente tenía que madrugar para asistir a clases de violonchelo. Sin embargo, esa noche, por mucho que intentase dormir entre las sábanas de mi cama, no podía olvidar la carita de Mr. Sellers. ¡Oh, Mr.Sellers...!
-Angela Lansbury, 1955
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es una película para la vieja mentalidad de la Inglaterra de los 50, intentando romper con las convenciones impuestas en la era victoriana. Cuando se ve esta película en pleno 2010 dan ganas de hacer punto de cruz, leer "¡Hola!" y hacerse fan de la reina en Facebook. Diría que ha envejecido mal y que, quizás, hace cincuenta años tuviese gracia en una sociedad tan rancia como la británica, que se escandalizaba con la mínima muestra de "humor de mal gusto" (llamémoslo "humor negro"). Y esta película, queriendo ser atractiva para el público autodenominado "correcto", no se arriesga a la hora de innovar.
[¡Cuidado, Batman! ¡Es un spoiler!]
Sí es cierto que presenta un panorama de comedia: los criminales van cayendo uno a uno de forma risible intentando matar a una inocente anciana, pero está todo muy edulcorado por parte del guionista. No hay malicia o irreverencia alguna en la obra. Pongamos como ejemplo la muerte de cada uno de los protagonistas: En ningún momento se les ve muertos (sólo se insinúa) y ni siquiera les acompaña alguna frase lapidaria o gesto que banalice una situación horrible y provoque la risa. Simplemente se dice que mueren, así que inspira indiferencia. Vendría bien algo como:
Plano general- (El Mayor está al borde del tejado, agarrado a la quebradiza chimenea. Louis está agachado a pocos metros de él)
MAYOR: (Tartamudeando) Aún podemos solucionar esto, Louis, amigo mío. Sin nuestro apoyo mutuo no podremos solucionar este problema.
Plano medio- (Louis da un paso adelante y saca su navaja)
Plano americano- MAYOR: (Atemorizado) Oh no, Louis. No dejemos que el peso de la avaricia nos lleve a... (La chimenea se desprende entre los brazos del Mayor, que cae agarrado a ella)
Plano medio picado: (Louis se asoma al borde y ve el cuerpo aplastado de su antiguo compañero)
Primer plano contrapicado- LOUIS: Lo que faltaba. Ahora añadirán cargos por destrucción de bienes inmuebles.
Eso dibujaría uno sonrisa en la cara de alguien, seguro.
En otros aspectos técnicos la película apenas destaca. Actores correctos, destacando la sobreactuación de Alec Guiness. Planos casi teatrales. Arritmia. Iluminación propia de la época, aportando colores vívidos a la composición de los planos. Escenarios callejeros que sólo ayudan a la ambientación. Nada que declarar, Señoría.
En fin, que vendían a los precursores de los Monty Python y nos han clavado un spin-off de Mary Poppins.
[¡Cuidado, Batman! ¡Es un spoiler!]
Sí es cierto que presenta un panorama de comedia: los criminales van cayendo uno a uno de forma risible intentando matar a una inocente anciana, pero está todo muy edulcorado por parte del guionista. No hay malicia o irreverencia alguna en la obra. Pongamos como ejemplo la muerte de cada uno de los protagonistas: En ningún momento se les ve muertos (sólo se insinúa) y ni siquiera les acompaña alguna frase lapidaria o gesto que banalice una situación horrible y provoque la risa. Simplemente se dice que mueren, así que inspira indiferencia. Vendría bien algo como:
Plano general- (El Mayor está al borde del tejado, agarrado a la quebradiza chimenea. Louis está agachado a pocos metros de él)
MAYOR: (Tartamudeando) Aún podemos solucionar esto, Louis, amigo mío. Sin nuestro apoyo mutuo no podremos solucionar este problema.
Plano medio- (Louis da un paso adelante y saca su navaja)
Plano americano- MAYOR: (Atemorizado) Oh no, Louis. No dejemos que el peso de la avaricia nos lleve a... (La chimenea se desprende entre los brazos del Mayor, que cae agarrado a ella)
Plano medio picado: (Louis se asoma al borde y ve el cuerpo aplastado de su antiguo compañero)
Primer plano contrapicado- LOUIS: Lo que faltaba. Ahora añadirán cargos por destrucción de bienes inmuebles.
Eso dibujaría uno sonrisa en la cara de alguien, seguro.
En otros aspectos técnicos la película apenas destaca. Actores correctos, destacando la sobreactuación de Alec Guiness. Planos casi teatrales. Arritmia. Iluminación propia de la época, aportando colores vívidos a la composición de los planos. Escenarios callejeros que sólo ayudan a la ambientación. Nada que declarar, Señoría.
En fin, que vendían a los precursores de los Monty Python y nos han clavado un spin-off de Mary Poppins.