Existen directores que o los amas, o los odias. No existen términos medios, ni tampoco “algunas”, solo te gustan o no. Lo mismo sucede con algunas películas, por citar unos ejemplos están “Drive” o “Hard Candy”. En este caso será con “Brick”, una película con un cierto toque del filmes noir de los 60 que nos hacen recordar películas tan memorables como son “Laura” de Otto Preminger o la grandiosa “Chinatown” de Polansky.

Brendan (Joseph Gordon-Levitt) es un chico muy inteligente y que odia a todo el mundo, pero un día descubre a su ex novia (Emilie Ravin) muerta en un lugar solitario, por lo que decide investigar que fue lo que sucedió y quienes son los responsable, pero cada personaje lo llevara mas y mas adentro de un mundo de oscuro de drogas, mentiras y poder.

Lo mejor de todo esto es que la película esta en un ambiente de escolar, todos los personajes son “menores”. Las escenas de peleas son totalmente agradables y muy bien hechas y la partitura llevada por un Nathan Johnson que no caen tan bien como lo hizo en “Looper”. Pero ante todo, tenemos escenas un poco absurdas como son cuando la madre les da la merienda a los chicos, o cuando el punk va a hablar con él en la cancha. Las actuaciones de los personajes están muy bien realizadas, dándole merito aparte a Joseph Gordon-Levitt, Emilie Ravin (recordándola como “Claire” de la serie “Perdidos”) y Luke Hass que esboza sonrisas en mas de una ocasión.

Una gran sorpresa que fácilmente puede colarse como película de culto.