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España España · Murcia
Voto de H_Bogart:
8
Drama. Romance Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers) es un ambicioso y joven profesor de tenis con escasos recursos económicos. Gracias a su amistad con Tom Hewett (Mattew Goode), consigue entrar en la alta sociedad londinense y enamorar a su hermana Chloe (Emily Mortimer). Tom, por su parte, sale con Nola Rice (Johansson), una atractiva americana, de la que Chris se encapricha nada más verla. El azar, la pasión y, sobre todo, la ambición llevarán a ... [+]
11 de diciembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Recuerdan esas sinfonías donde el compositor se vierte hasta la médula y te enganchan hasta el último acorde? Mas es el director, el que batuta en mano, marca el final exacto y... después una pausa de silencio, hasta que dándose la vuelta, recibe el aplauso del público.
Woody Allen, decide hacer lo mismo cuando Chloe (una correcta Emily Mortimer), le dice a su marido Chris al final de la película "...el próximo será una niña". El breve silencio contemplativo de él, es cortado por el fondo negro de la pantalla de créditos finales. La película ha terminado. Pero muchas veces, en esos breves silencios, el espectador, debe refrescar sus pulmones para relajarse, en este caso, de la angustia de la parte final. Y es en esos breves silencios donde surgen varios interrogantes, quizá sueltos al azar, por el artista de tramas y sentimientos que es Allen (los expongo aparte en el spoiler). No soy entusiasta admirador de Allen. No me gustan todos sus films, algunos me parecen pesados, pero en términos generales, Allen tiene sobrados recursos para resistir y superar cualquier embate. Esta es una película notable; a partir de su mitad, agobiante y en su parte final, inquietante. No coincido con otras valoraciones en que se califica a Chris de cazadotes: está claro que en él concurren varios factores, juventud, belleza, mundo y un refinado comportamiento, suficientes para atraer a Chloe desde el primer momento (las miradas en el palco de la ópera, son claras por parte de ella) y, todo se desarrolla demasiado deprisa, incluso la ascensión de Chris a un nivel que ni se había atrevido a pensar.
Todo perfecto, pero en ese mecanismo de precisión, Allen incorpora un elemento perturbador de esa armonía, y lo hace en el momento adecuado, cuando es demasiado tarde para que Chris, atrapado por Chloe y su familia, pueda volverse atrás en los compromisos recién adquiridos: Scarlett Johansson, hace una contundente aparición en escena, ante la deseosa mirada de Chris; el desequilibrio está servido, el juego ha comenzado y, terminará con un peligroso break point.
Aunque Jonatham Rhys Meyers, tiene una larga carrera, esta no es muy relevante, pero creo que su actuación es suficientemente buena, sibilina diría yo, como para desquiciar los nervios del espectador al compás de sus arriesgadas coincidencias, tanto personales como telefónicas. La presencia de Scarlett, tiene la entidad que requiere su personaje, al cual dota de su efectiva mirada, de su bello rostro y del atractivo sexual que demanda su posición en la escena.
En definitiva, una gran película, bien resuelta, bien interpretada y, donde los espacios interiores y exteriores, son otros actores de gran peso, como en casi todas las obras del ya mítico maestro.
Por último, me pregunto porqué Allen, mago de las profundidades internas del ser y todo cuanto ello supone, no profundiza en la investigación criminal del suceso y nos lleva a una conclusión exculpatoria, casi sin más, cuando hay más... Y eso es un logro solo al alcance de los que dominan la técnica cinematográfica y argumental y, en eso, Woody Allen es... otra historia.
Una buena película, para ver en una de esas tardes o noches en que la TV se convierte en una plasta (casi siempre). No recomendable para niños.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
H_Bogart
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