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Voto de Hammersfall:
10
Serie de TV. Drama Miniserie de TV. 11 episodios (Octubre 1981 - Diciembre 1981). Jeremy Irons interpreta a un sencillo estudiante de Oxford impresionado por Sebastian Flyte, el hijo más joven de la noble y acaudalada familia de los Marchmain, que reside en la mansión de Brideshead. Pronto la admiración dará paso al amor entre ambos jóvenes. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2019
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo halagos. Desde luego, sin duda, la adaptación más fiel y milimétrica de una novela sensacional del remembrance británico. Pero la obra cinematográfica supera al papel escrito, sublimando atmósferas, generando emociones melancólicas por un tiempo romántico y glorioso ya perdido. Lo que para Waugh comenzó como una reivindicación proconservación de las mansiones inglesas se convirtió en una oda a la amistad, al amor y a la lealtad, todo envuelto en una sublime elegancia. Pues la serie capta todo esto a la perfección, con un tempo sosegado y flemático, donde no se pierde detalle. Los Flyte son logradísimos personajes: el caprichoso Sebastian, la fría Julia y la inocente Cordelia, todos protagonizados para sacarse el sombrero. Me gustaría que se añadiese en el casting a Phoebe Nichols como Cordelia, está sobrenatural. Charles Ryder (Jeremy Irons) es un observador de lujo en la primera fase y activo de la segunda. En la primera (antes del viaje del barco) está sometido por su avaro padre y solo encuentra escape a la mediocridad de su estatus en la bucólica mansión junto con su amigo; en la segunda parte Charles se encuentra atrapado por la obsesión de entrar en la familia Flyte. Y casi lo logra. Quizás desde una perpectiva actual el asunto religioso puede parecer excesivo para la ruptura entre Charles y Julia pero no olvidemos que esta obra se ubica en los años 20 al 43, en una Inglaterra donde los Católicos eran especiales y casi endogámicos. También reconocer que el ateismo del pintor resulta terco y hasta absurdo pero ese es Ryder, agnóstico hasta para ser feliz. Ese final inconcluso es tristísimo, desolador y el único que puede tener cabida en un mundo que se precipita hacia el feismo. La Inglaterra victoriana desaparece agotada económicamente en su afán de salvar la democracia. Todo esto se desprende del final. La música solemne, la fotografía divina, la realización soberbia, sin concesiones a la vulgaridad.
Hammersfall
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