Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Eduardo García:
7
Drama La historia, inspirada en hechos reales, muestra la vida de la familia Gucci durante tres décadas, en las que una sucesión de traiciones, dinero, decadencia, luchas de poder y venganza desencadenaron en el asesinato en 1995 de Maurizio Gucci (Adam Driver) por orden de su mujer, Patrizia Reggiani (Lady Gaga), que llegó a ser conocida como "la viuda negra de Italia".
5 de septiembre de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película estadounidense La casa Gucci (Ridley Scott, 2021) era uno de los estrenos más esperados de este año. Con una historia criminal llamativa, un reparto de campanillas y una promoción potente -incluida premiere con alfombra roja en Londres- la cinta fue estrenada el pasado 24 de noviembre en salas norteamericanas y dos días después llegó a los cines de toda España con gran expectación. Los espectadores han respondido bien -dentro de lo tocadas que han quedado las salas tras la pandemia- porque ya está cerca de igualar en recaudación sus 75 millones de dólares de presupuesto. El chasco llega al verla, porque sin ser una película mala ni aburrida no es tan buena como muchos pensábamos que iba a ser. Un jarro de agua fría.

Esta historia tiene mucho de shakesperiana y por ello necesitaba de nombres a la altura. Para empezar, en la dirección encontramos a Ridley Scott, que llevaba más de quince años en la lucha por llevar esta crónica de sucesos a la gran pantalla. Scott es un director muy prestigioso que ha hecho películas famosísimas que todos hemos visto y que además estrenó hace unos meses la notable El último duelo (íd., 2021). Esta vez dirige a uno de los repartos más glamurosos de los últimos años. Uno por uno, la cabeza del cartel es para Lady Gaga -Patrizia Reggiani-, famosísima cantante y actriz que deslumbra con su belleza y con su actuación, que es la mejor de la película sin lugar a dudas y que probablemente le valga para estar en la quiniela de los Óscar.

El coprotagonista es Adam Driver -Maurizio Gucci-, este exmarine es el actor más de moda de Hollywood pero su papel me deja frío ya que su actuación es extremadamente contenida, como la de un pequeño ratoncillo. Tras ellos dos aparece Jared Leto -Paolo Gucci- con una de las performances más demenciales de los últimos años mezcla de sublime por su mérito y ridícula por interpretar a un tremendo idiota. Luego llegan los veteranos, Al Pacino -Aldo Gucci- y Jeremy Irons -Rodolfo Gucci-, dos de los actores más respetados del mundo que están simplemente correctos en su papeles, pero bueno, suman más de lo que restan porque ver a estos dos en la pantalla siempre es un placer. Por último, Salma Hayek -Giuseppina Auriemma- y Jack Huston -Domenico De Sole- cumplen su rol y cierran este elenco estelar.

Tras estos párrafos cabe preguntarse, ¿en qué falla la película? Para empezar, a este reparto se le podía haber sacado muchísimo más jugo. Es fácil percatarse que la dirección de actores es caótica y de eso tiene toda la culpa Ridley Scott, que pese a su oficio no consigue que todos remen en la misma dirección ni todas las piezas encajen tan bien como deberían. A excepción de Lady Gaga y Jared Leto, el conjunto podía haber aportado bastante más. Esto se puede pasar por alto, pero existe otro problema de fondo mucho más grave: el guión. A pesar de basarse en un libro, el guión tiene muchos fallos que de primeras perjudican el conjunto en general, como un escaso acercamiento emocional a los personajes -es imposible empatizar con ninguno-; subtramas inexploradas -anda que no se podía haberle dado más juego a esa relación paterno filial entre Maurizio/Driver y Rodolfo/Irons-; juicios de moral innecesarios -las motivaciones de los personajes se expresan de manera poco sutil- y saltos en el tiempo inasumibles -pasan años de unas escenas a otras sin mencionarlo-. En definitiva, falta coherencia.

Todo esto es demérito de sus guionistas, Roberto Bentivegna y Becky Johnson, pues la autora del libro no quiso adaptarse a sí misma. Pero sobre todo es culpa de Ridley Scott porque parece mentira que un director tan bueno, que ha tocado todos los géneros, haya apostado por una narrativa tan pobre. Porque la puesta en escena tampoco es nada del otro mundo, está poco depurada -la sutileza nunca ha sido uno de los atributos de Scott- y se sustenta en gran medida por el carisma de sus intérpretes, que lucen fuertemente caracterizados. Los escenarios son demasiado clásicos, falta riesgo, y la fotografía carece de personalidad sobre todo en la iluminación de interiores.

CONCLUSIÓN

Que nadie se confunda, House of Gucci es una película disfrutable pero inconsistente, que a pesar de sus 150 minutos no se hace larga, pero a la que le falta genialidad en su libreto y algo más de chispa en general. Y eso a pesar de que la historia real en la que se inspira es tremendamente morbosa y fue un escándalo mundial a mediados de los 90. Quizás las expectativas con este film estaban demasiado altas y esta vez solo se han cumplido a medias. No me arrepiento de haberla visto pero tampoco va a perdurar en mi memoria. Sin más, vendrán estrenos mejores.

Lo mejor de todo, Lady Gaga, todo un descubrimiento pues aunque su personaje sea altamente odiable su interpretación es de gran nivel -ojo a su acento italiano- y encaja como un guante en este drama criminal. Hay que dar por sentado que la veremos en todas las galas de premios. En definitiva, recomiendo esta peli para quien quiera ver gente guapa en la pantalla y no tenga un grado de exigencia cinéfila demasiado alto. Por lo demás, y a pesar de su doble condición de retrato y sátira, ha resultado para mí ser una pequeña decepción.

https://noesmasquecine.blogspot.com/2021/12/la-casa-gucci-celos-y-traicion-en-el.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eduardo García
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow