Tenía ilusión por ver en esta serie representado de forma dramática y tensa el enfrentamiento que vivimos muchos españoles en los años 90 entre García y De la Morena. Yo me enganché a la radio deportiva nocturna sobre todo a raíz de escuchar El Larguero, porque cada vez que sintonizaba García sólo oía descalificaciones a dirigentes, y muy poco de análisis futbolístico: era todo política y polémicas. Y García tenía mucho poder, siendo sólo un periodista deportivo, pero uno con muchos contactos e influencias. Mientras que en este nuevo programa, El Larguero, había un ambiente más cálido, más familiar y campechano, aunque tampoco era riguroso, y De La Morena se veía escaso de conocimientos futbolísticos, como algunos de sus contertulios. Estábamos viviendo el sorpasso de El Larguero a Supergarcía de forma gradual después de más de una década de liderazgo. Desgraciadamente, al final El Larguero (y no tan al final) se convirtió en lo mismo que lo que había derrocado.

Pues bien. Esta introducción la hago porque cuando he comenzado a ver esta serie, no he encontrado ni el componente dramático, ni una introducción de los acontecimientos, el trasfondo de los principales personajes, ni como se va desarrollando la rivalidad entre ellos, ni nada de nada. Sólo han salido 2 episodios y lo único que he visto es un guión cortísimo, unas actuaciones paupérrimas (realmente malas, de teatrillo), y un ritmo frenético y atropellado. Las actuaciones no es ya por malas, sino también por inverosímiles; la reacción de los personajes a los acontecimientos es antinatural, y desde luego, ni el personaje que hace Esparbé tiene parecido alguno con De la Morena, ni Javier Gutiérrez con García (salvo la estatura).

Creo que la temática daba para muchísimo más. Hemos visto producciones americanas para el cine sobre deportes que han planteado la trama con mucho más trasfondo que Reyes de la Noche y con el suficiente dramatismo. Pero esta serie tiene más parecido con Cámara Café que con el enfrentamiento en las ondas de los años 90.