Como madre adoptante (nacional e internacional) la película tuvo un especial interés para mí: el de conocer la adopción en un país del que nada sé. Se agradece porque a pear de todos los bulos infundados, verdades a medias o mentiras interesadas, cada país, igual que el nuestro, es un cosmos adoptivo completamente distinto, digamos.
El final, aunque a mucha gente le gustaría lo contrario, es realista, no siempre el "europeo" juega a la corrupción!. Claro que es más fácil creer que siempre la corrupción está en otros países y cuestionar las adopciones así, en general, y a todos los padres y madres adoptantes, que es lo habitual en los medios españoles (¡cuántas burradas he tenido que leer y escuchar!). Interesante el entorno, el paisaje, el conocimiento de cierta cisión de Camboya. Interesante el vaivén emocional de ella, y cómo las frustraciones pueden tendernos trampas del alma. Ojalá sean adoptados todos los niños que no tienen padres, a ser posible en sus propios países, y mientras... si no encuentras una solución, mejor cállate la boca o actúa (o al menos infórmate de primera mano, no seas eslabón de la cadena de infundios.)