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España España · Mataró
Voto de uoho7:
8
Drama Un autobús escolar se despeña montaña abajo y se hunde en un lago helado. En el accidente mueren todos los niños del pueblo. El abogado Mitchell Stevens se entrevista con los padres, reabre sus heridas del pasado y les propone llevar el caso a los tribunales. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2007
22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran film canadiense este "El dulce porvenir" de Atom Egoyan. A pesar de tener tintes de extremo dramatismo, la película ni se hace pesada ni deviene en un llanto permanente. Lo más curioso y original de la película es el tipo de edición o montaje que el director ha querido utilizar. El resultado es una historia explicada no lineal mediante la sucesión de seqüencias rodadas con una intención temporal distinta. Así, podremos conocer como si se tratara de una historia contada linealmente y en presente, la vida del abogado que interpreta Ian Holm (sublime en esta película) cuya familia no está atravesando una buena temporada; el suceso del accidente que sacudió el pequeño pueblo (desconocido en el fondo aunque da la impresión de poder llevar mil y un nombres) canadiense; y, finalmente, la visita que le hace el abogado a su hija cuyo viaje en avión ocupa toda esta parte.
Me gustaría destacar, de las 3 partes o divisiones de la película, la que constituye el viaje en avión. Durante el trayecto, el abogado mantiente una interesante y acogedora conversación con una chica. La capacidad para suggerir y evocar de Egoyan durante el recuerdo del abogado es formidable.
Por último, me gustaría resaltar también la interpretación de la joven y también canadiense Sarah Polley (que por entonces contaba con sólo 18 años), actriz que vemos con freqüencia en el cine de la catalana Isabel Coixet. Viendo la película no he podido evitar acordarme de Coixet, tal vez debido a Polley, que no es una actriz muy famosa por aparecer en films comerciales; aunque también debido a la cantidad de dramatismo de la película. Tengo mucho respeto por Coixet y me parece una buena directora de cine pero, como guionista o, simplemente, explicando una historia, me desagrada. Sus dramas me parecen demasiado recargados y poseen una intencionalidad muy clara de hacer llorar, por los medios que sea, al espectador. Ya no es sugestionar, ya no es evocar; Coixet parece que te obligue a pasarlo mal y a tener que derramar lágrimas por obligación. Egoyan, sin embargo, construye una historia con el mismo nivel de dramatismo pero, a diferencia de la catalana, no resulta tan pesado ni pretenciosamente cargante.
En definitiva "El dulce porvenir" me parece un drama interesante, bien escrito, bien interpretado aunque, sin duda, lo mejor es la manera de plasmarlo en la pantalla.
uoho7
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