Para una vez que está clarísima la traducción del título del inglés al español, resulta que finalmente se lo cambian y le ponen este "Juegos secretos" que no hace justicia al argumento de la película. Más bien parece que se trate de un telefilm de sobremesa plano y sin profundidad emocional. Nada más lejos: Winslet, Connelly y Wilson se acercan en esta película al cine independiente (eso sí, puramente americano) con caracterizaciones profundas y más que correctas.
Volviendo al título, que debería ser "Niños pequeños", el film se basa y se centra en todo lo que ocurre alrededor de ellos. Como esas personitas, sin quererlo, modifican caracteres y alteran la vida de los adultos. Desde una madre sola e incomprendida, a un padre acomplejado por el éxito profesional de su mujer o un exhibicionista acusado de pervertido sexual de niños. Todos ellos viven en el perfecto pueblecito burgués americano que, claro, cada vez que pasa algo "fuera de lo normal", todo queda trastocado y afectado.
La película es una americanada pero en el buen sentido: el tipo de vida que se plantea es muy americano. El objetivo es meterse con los republicanos conservadores que tantas veces se llevan las manos a la cabeza. El trabajo de Connelly es hacer documentales. "¿Cómo Michael Morre?", pregunta en una ocasión el personaje de Winslet. Hay que recordar que Moore no es nada conocido en según que entorno del país. Eso indica un cierto interés cultural por parte de Winslet quien, a su vez, tuvo la ocasión de doctorarse en Literatura inglesa en el pasado y, ya entrando en la película, no es una "buena" esposa.
En definitva, una película que es cierto que te atrae desde el primer minuto y, como los buenos libros, no deseas que se acabe nunca.