Haz click aquí para copiar la URL
España España · GALIZANO
Voto de JOSE ANGEL:
10
Drama. Romance Tras una infancia traumática que no ha conseguido olvidar, Tom Wingo (Nick Nolte), un desilusionado y algo rudo entrenador deportivo sureño, se ve obligado a revivir su pasado cuando viaja a Nueva York a petición de la doctora Susan Lowenstein (Barbra Streisand), la sofisticada psiquiatra de la alta sociedad de Manhattan que atiende a la hermana de Tom después de varios intentos de suicidio. (FILMAFFINITY)
1 de diciembre de 2010
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sábado tuve la suerte de acudir a una reunión de antiguos compañeros de octavo de E.G.B. Es curioso, pero la primera reacción que se tiene hacia este tipo de eventos es un no rotundo. Sin embargo cuando van pasando los días y se acerca la cena empiezas a pensar ¿y por qué no? Hacía tiempo que no me ponía tan nervioso antes de una cita, entre otras cosas porque iba a estar allí mi primer amor. La emoción de volverla a ver después de tantos años sin noticias, fue sin duda el hecho inequívoco que me hizo superar mi inicial timidez y esperar el día con la misma ilusión que cuando tenía 14 años y le perdí la pista. Os puedo asegurar amigos, que resulta gratificante volver a encontrar aquellos niños que fuimos y que a pesar de los años, apenas hemos cambiado nuestra personalidad, si acaso la apariencia, la mayoría mejorando el recuerdo que tenía de ellos y esas pocas horas juntos, ha sido una experiencia inolvidable pues recordar es volver a vivir.


Para todos aquellos que en la infancia hemos sufrido un hecho traumático la película corta como un cuchillo en la memoria pues efectivamente los sucesos infantiles marcan las pautas de las relaciones sociales y la manera de afrontar la vida de forma irónica y socarrona como Tom, quitando trascendencia a los momentos solemnes y colocándose una armadura perpetua para no sentir dolor. Creo que la película clava con pasión ese encuentro con la persona amada, esa necesidad de estar cerca de él, sentir su presencia física, aunque los convencionalismos sociales no te permitan hacer lo que realmente estás necesitado de hacer. Me encanta esa sensación de querer y no deber, de buscarse con la mirada, de sentarse al lado el uno del otro, de mirarse a los ojos, de apretar muy fuerte las manos, de tocar deliberadamente la pierna y no separarla hasta que te da calambres; Me tortura el no poder expresar con palabras el pensamiento único que me atormenta y me delata, un sentimiento mágico que surge de las entrañas más profundas a borbotones y no soy capaz de desnudar.

Grande Barbra, grande. He disfrutado muchísimo y me siento demasiado identificado con la película pues me dolió en el alma el final porque como dice el gran Sabina "amores que matan, nunca mueren".

Ahora tengo su teléfono móvil pero no sé para qué. Tampoco esta vez me atrevo a decírselo.
JOSE ANGEL
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow