El húngaro Peter Medak dirigió en 1979, esta película canadiense con un presupuesto de 7 millones de dólares. Se rodó en Vancouver, Toronto, New York y Washington y se estrenó en EEUU y Canadá el 28 de Marzo de 1980. Se considera la particular obra maestra de Medak, y no ha conseguido volver a hacer una película tan seria, completa y bien realizada como esta.

Son muchas las películas sobre fantasmas y casas encantadas, pero muy pocas las que han trascendido lo suficiente para ser recordadas, esta es una de ellas, una de esas películas que sientan cátedra y que nunca llegas a olvidar la primera vez que las viste.

Cuenta con un buen guión escrito por William Gray, Russell Ellis Hunter y Diana Maddox, sobre un profesor de música que cambia de ciudad tratando de olvidar una terrible desgracia y alquila una vieja mansión propiedad de la Sociedad para la conservación histórica.

Medak va dándole forma a esta historia, con una fotografía muy efectiva y realista, con un tempo increible que mantiene la tensión durante toda la película. Nos va dando pistas interesantes pero sin revelarse hasta casi el final, no utiliza efectos especiales exagerados y la ambientación es perfecta para dar miedo sin caer en tópicos ni extrema violencia. Utiliza recursos sencillos y artesanales que a la postre son mucho más efectivos para crear tensión, una simple pelota o la tecla de un piano bastarán para asustar a cualquiera.

Otro de los puntos fuertes de este film es el gran George C. Scott, en el papel de John Russell, el profesor de música protagonista. A sus 52 años sigue siendo el gran actor que nos deslumbrara en "Patton" o "Teléfono Rojo, ¿Volamos hacia Moscú?. Era un genio de la elegancia, la sobriedad y la inteligencia, creando un personaje protagonista que nos convence y nos hace la historia creíble.

La actriz protagonista es Trish Van Devere, en el papel de Claire Norman. Ella es quien le alquila la casa al protagonista y a lo largo de la película se va convirtiendo en su amiga y confesora. Muy bien compenetrada con G.C. Scott y realizando también un papel interesante. Anteriormente habían trabajado juntos en "Fuga sin fin" de Richard Fleischer.

Ha influenciado a infinitud de películas posteriores y se han realizado varios "re-makes" como "The Haunting" de 1999, que no han estado nunca a la altura.

La música de Rick Wilkins tiene un papel muy importante por dos razones, forma parte de la historia y es de altísima calidad.

Una clase magistral de cine de terror y el ejemplo más claro de como hacer una película sobre casas encantadas.