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Voto de Juanjo Iglesias:
6
Drama Biopic de uno de los iconos de la cultura norteamericana, el poeta Allen Ginsberg, bisagra entre el mundo beat de los 50 y el movimiento hippie de los 60. Howl (Aullido) narra tres historias entrelazadas: el desarrollo de un histórico juicio por obscenidad en 1957, las revelaciones de un artista rebelde que rompe barreras para encontrar el amor y la redención, y un imaginativo viaje a través de una profética obra maestra que sacudió a ... [+]
30 de marzo de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Epstein y Friedman llevan más de veintisiete años realizando y dirigiendo películas documentales conjuntamente, cosa que me llama agradablemente la atención. Con un éxito e interés moderados, nos plantean un biopic, sobre la figura de uno de los iconos de la literatura norteamericana de los 50 y quizá el estandarte de la Generación Beat, que según sus propias palabras, no es una generación, sino un montón de jovenes intentando que les publiquen sus obras, hablamos de Allen Ginsberg.

En mi opinión los pilares son buenos, el personaje es interesante y los directores muestran su admiración y cariño por el personaje y la Generación Beat, pero la película tiene un handicap considerable, le falta ritmo y magia. Veo una excesiva preocupación por las formas y una austera preocupación por la creatividad natural. A la dirección le falta haber hecho justicia al personaje siendo mucho más poética.

Las buenas ideas son muchas, pero están concebidas de forma anodina, valga como ejemplo la utilización de escenas de animación, que evocarían de forma acertada el mundo poético del artista, pero carecen de virtuosismo y no expresan con demasiado rigor la profundidad de los poemas de Ginsberg. Es cierto que recuerda a buenas películas, como "Vals con Bashir", pero es puramente anecdótico, creo que no consigue enganchar al espectador.

Ver al personaje recitando, en esas reuniones que bien podrían ser en la Six Gallery de San Francisco, es de lo más interesante del filme. En este sentido, el trabajo de Franco es loable. Con sus gestos, entonación y comprensión del personaje, eleva de forma considerable la calidad de la cinta, dejando un poso de buena interpretación.

Un defecto del que podemos acusar a los guionistas es de cómo plantea el tema del juicio por obscenidad, celebrado en 1957, contra el editor de Ginsberg. Resulta carente de interés y desfasado, quizá por la idea que tenemos hoy en día de lo obsceno, pero no termina de convencer al espectador, aún teniendo en cuenta que fué algo histórico social y moralmente en E.E.U.U.

En este sentido es mejor el tratamiento que se ofrece del propio personaje, de su poesía y de su condición de homosexual, que el guión explora hasta el final de forma convincente, llegando así a la persona a parte de al poeta.

Su relación con Jack Kerouac o Dylan no hacen más que aportar interés y profundidad a una buena historia que ha sido rodada de una forma no necesariamente satisfactoria.

Pero tiene otras virtudes como su exacerbado lirismo, que me recordaba constantemente a mi admirado Robert Zimmerman, con el que compartió carretera en la Rolling Thunder Revue y que sirvió de inspiración para las letras del disco "Another side of Bob Dylan" de 1964.

La música predominante en la película es el jazz, como muestra de lo que llegó a ser una de las obsesiones de Ginsberg.

Merece la pena por acercarse a este gran poeta heredero de Blake y Whitman. Si a alguien se le había escapado, hay un poema que leer: "Howl".
Juanjo Iglesias
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