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Voto de Antonio Morales:
8
Bélico. Acción En plena guerra del Vietnam, el coronel Hal Moore (Mel Gibson) y sus soldados (unos 400 hombres) aterrizaron en noviembre de 1965 en una región conocida como "El valle de la muerte". Allí fueron recibidos por más de 2.000 soldados del Vietcong, desencadenándose una de las batallas más feroces de la guerra. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2014
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un sentimiento afín a personas que ideológicamente aborrecen el liberalismo, que suelen repudiar el capitalismo como sistema político, por su “degradación moral” en el empeño de crecer económicamente. Pero que suelen caer en la tentación del “pecado” al más mínimo atisbo de adquirir opulencia y notoriedad, siendo seducidos por el vil metal. Sólo hay que ver a estos personajes del cine español, que tras presumir aquí del antiamericanismo de salón y moqueta, pierden el trasero mendigando fama y honores en el país del dólar, a la primera oportunidad que se les presenta. Sentimiento hipócrita que se generaliza en la sociedad, y en muchos espectadores, que califican a cualquier film bélico como patriotero y maniqueo, sino pone a parir enseguida al “tío Sam”.

El antiamericanismo obtuso no sólo nubla la capacidad de análisis (como es el caso de este film, calificado de patriotero e imperialista por muchos), también confunde y trastoca el sentido moral. Ser anti algo, implica abrigar hacia ese algo un sentimiento de repulsa o de hostilidad automáticas y por lo común poco razonadas. Esta producción bélica de Mel Gibson encierra algunas gratas sorpresas. Su visión del conflicto vietnamita es, como mínimo, peculiar. El film se sitúa en un punto medio pocas veces explorado por el cine de Hollywood relacionado con aquella guerra. No es ni una apología, al estilo “Boinas verdes”, ni un descenso a los infiernos, como “Apocalypse now” y “El cazador”, ni una crítica de corte humanista, tipo “El regreso”, ni un relato sobre la demencia, como las tres que ha dedicado Oliver Stone al conflicto.

El film, producido e interpretado por Gibson y escrito y dirigido por Randall Wallace, quien le firmó el guión de “Braveheart”, se centra exclusivamente en una batalla, que tuvo lugar los días 14 y 15 de Noviembre de 1965, que significó el primer enfrentamiento entre soldados norteamericanos y tropas de Vietnam del Norte. Saldándose con victoria de las tropas americanas que lograron desalojar de sus posiciones a los comunistas, pero como todos sabemos, lo que siguió después no tuvo nada de victorioso para las tropas de Washington.

Los puntos peculiares del film serían: 1º, en ningún momento se escucha la guitarra de Jimmy Hendrix, ni la música de The Doors, habituales en films sobre Vietnam y recurso fácil para todo cineasta, y sorpresa, ningún soldado suelta frases del tipo “cerdo comunista”. 2º, las escenas de retaguardia, centrada en la paciente espera de las esposas de los soldados enviados al frente, contienen las mejores ideas del film, la angustia de las mujeres al ver aparecer un taxi cerca de casa, el gobierno convirtió a los taxistas en algo así como el correo de la muerte, y su sola presencia provoca en el barrio la desazón muy bien descrita en la pantalla por esos fatídicos telegramas de Western Union. 3º, y más importante, el cineasta obvia cualquier noción de triunfalismo, despoja las secuencias de combate de toda épica y heroísmo, se trata de algo más sencillo, la lucha por la supervivencia, otorga entidad y respeto por los vietnamitas, como ejemplo: las reflexiones del comandante, el diario íntimo del soldado comunista que acaba en las manos de Gibson. En mi opinión, una película digna, humana y realista, espléndidamente filmada con escenas duras y sangrientas que reflejan la crueldad de la guerra.
Antonio Morales
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