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Voto de Antonio Morales:
8
Thriller. Acción. Drama. Cine negro Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
28 de febrero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ataviado con una chaqueta plateada con un escorpión bordado en oro a la espalda, el conductor sin nombre del film de Nicolas Winding Refn, luce su vestimenta con la fuerza icónica de los superhéroes, mientras esgrime un palillo entre los dientes, como el lacónico Bogart fumaba sus cigarrillos, nuestro joven mecánico de coches domina con maestría el volante, trabajando como especialista en films de acción. Su frialdad impertérrita y su silencio, los guarda para esporádicos trabajos sucios al volante con ladrones que pagan bien, siempre bajo las condiciones que él mismo establece. Su discreción asombra por su naturalidad, sólo rota en ocasiones de extrema violencia. Su talento y humanidad lo dedica a su amor por su desprotegida vecina Irene (una preciosa Carey Mulligan) y su hijo, le gusta observar la ciudad desde las ventanas, sobre todo por las noches, luces anónimas que deambulan por la ciudad entre calles iluminadas de neón.

Driver (excelente Ryan Goslyn) es un hombre romántico y taciturno, sus silencios son más elocuentes que sus palabras, que representa la culminación de este arquetipo heroico, posiblemente inspirado en el personaje de “Le Samouraï” que encarnaba Alain Delon en el film de Jean-Pierre Melville. Un personaje que demuestra a la vez una insospechada capacidad para la agresividad y el retraimiento de quien se sabe condenado por ello. Una película de género que rinde claramente tributo al cine de los ochenta, pero desde la actualidad, y a films como “Driver” de Walter Hill. Los Ángeles es una ciudad enorme donde la gente no se toca, no camina, el coche es como el caballo para el vaquero. Pero si en la película de Hill la pericia del “driver” se ponía de manifiesto en una serie de espectaculares secuencias de acción, en la de Winding Refn se prefiere subrayar su contenida pero implacable precisión estratégica.

El cineasta se queda con lo más esencial de la novela homónima de James Sallis en la que se basa este excelente film, y que ha adaptado Hossein Amini. Prescinde de explicar el pasado del protagonista, eliminando buena parte de los personajes secundarios para, en cambio, acentuar el aspecto romántico de un personaje que, en el libro se mueve por venganza, mientras que en el film es más por altruismo. El cineasta filma uno de los ejercicios “neonoir” más fascinantes de los últimos años, en mi opinión. “Drive” rebosa tradición americana de “thriller” y cine negro en todos sus fotogramas: los interiores filmados como si de un cuadro de Edward Hopper se tratara, con el empleo constante de tonos azules y granas, el paisaje conformado por carteles publicitarios, luces de neón, garajes y tiendas de empeño; los planos cenitales de la ciudad nocturna identificada por sus largas calles y autopistas, mostrada con respeto y admiración; los coches convertidos en algo más que un medio de transporte, verdaderos iconos de una forma de entender la vida…

En “Drive” se narra una historia de redención donde pesan más las emociones que la acción, gracias a unos estupendos secundarios que les dan una gran entidad a los personajes. Desde esa banda sonora que homenajea el primer pop electrónico de principio de los ochenta interpretado por grupos actuales. El cineasta imprime un tono hiperrealista al film, pausado y contemplativo con el que ha logrado su consagración definitiva, porque el lenguaje cinematográfico ha evolucionado y el cineasta lo ha entendido perfectamente. “Drive” es una película empañada de la melancolía del escorpión que se sabe prisionero de su naturaleza.
Antonio Morales
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