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Voto de Antonio Morales:
3
Comedia. Bélico La histeria colectiva se apodera de los habitantes de las costas de California en los días posteriores al ataque japonés contra Pearl Harbor. Un submarino nipón se ha extraviado y la población teme una invasión. (FILMAFFINITY)
2 de octubre de 2016
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito de “Tiburón” y “Encuentros en la 3ª fase”, el joven Spielberg convertido en el nuevo rey Midas de Hollywood, estaba en un momento de cierta confusión, en cierta forma el cineasta quería seguir renovando y referenciando los géneros clásicos, sobre todo, aquellos que le habían formado como cineasta como era la comedia enloquecida y el “slapstick”, momentos decididamente gamberros en películas adoradas por él. Entre ellas estaban también, films como “Teléfono rojo” de Kubrick o “Que vienen los rusos” de Norman Jewison y “MASH” de Robert Altman, agudas sátiras sobre la guerra, nada que ver con este lamentable proyecto. De tal modo que cuando llega un guión de Robert Zemeckis y Bob Gale recomendado por John Milius, amigo del cineasta, éste consigue nada menos que 31 millones de dólares de la época para la película.

Pasando a convertirse, en mi opinión, en la peor de Steven Spielberg con diferencia, una comedia desarfotunadísima, fallida y aberrante. Un despilfarro absoluto de medios económicos y materiales a cargo de la Universal y la Columbia que no gustó a nadie por lo descabellado de la idea de tomarse a guasa un conflicto bélico tan serio como la 2ª Guerra Mundial. Una farsa grotesca de unos personajes estrambóticos que ridiculizan los tópicos americanos. Un submarino japonés de opereta perdido por las playas californianas tras el ataque a Pearl Harbor, un desquiciado aviador que con su avión causa toda clase de estropicios, unido a escenas presuntamente epatantes que no consiguen su propósito por lo inconsistente de su argumento, toda una invasión japonesa sobre Hollywood en las navidades de 1941.

Un John Belushi histriónico, un Robert Stack irreconocible como general y un Treat Williams irrelevante, sólo se salvan los villanos, Toshiro Mifune como oficial japonés al mando del submarino y un delirante Christofer Lee como agresivo asesor nazi, ambos le dan algo de juego a un film con mucha aparatosidad, muchos fuegos de artificio y un grandioso espectáculo inane. Una parodia del “American way of life” sin hilo argumental, las secuencias que se van sucediendo desde la parodia de “Tiburón” de la primera escena, son como viñetas animadas inconexas que sólo buscan el efecto impactante en el espectador que termina agobiado de tanta acción apabullante. Es el virtuosismo de una planificación desmedida, un decepcionante fracaso en toda regla, tanto artístico como comercial.
Antonio Morales
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