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Voto de Antonio Morales:
6
Drama Macbeth, valeroso general escocés, recibe la visita de tres brujas que le profetizan que un día será rey. Aprovechando que el rey Duncan se aloja en su casa, y espoleado por su esposa, Macbeth lo asesina y es proclamado rey de Escocia. Sin embargo, para mantenerse en el trono, se verá obligado a seguir cometiendo más crímenes; mientras tanto, su esposa, abrumada por los remordimientos, se derrumba. (FILMAFFINITY)
17 de marzo de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos autores europeos poseen la lógica y la coherencia de Roman Polanski, a pesar de que sus películas recientes no estén a la altura de sus obras pretéritas. Polanski tiene una mirada personal, algo de lo que anda huérfano ese cine europeo globalizado que ha surgido de las cenizas de los antiguos cines nacionales. La versión de Macbeth realizada por Polanski se sitúa en una encrucijada vital y artística en la carrera del cineasta, justo antes de este film están “La semilla del diablo”, su primer film estadounidense y el asesinato de su esposa Sharon Tate embarazada por el clan del fanático Charlie Manson.

Separar vida pública y obra artística en Polanski es difícil, más aún cuando, en “Macbeth” se manifiesta en esta cruda exposición de la violencia atávica, dejando claro una respuesta catártica a la violencia que el propio cineasta había experimentado con el asesinato despiadado de su esposa. En todo caso, el cine de Polanski siempre fue violento y tenso, de “El cuchillo en el agua” a “La muerte y la doncella”, de “Repulsión” a “El quimérico inquilino”. Lo único que hace su aproximación a la inmortal obra de Shakespeare es extremar más esa violencia, aquí dominada por las brumas, los parajes encharcados, las cavernas hechizadas y los castillos sórdidos del Medievo escocés.

La versión de Polanski se apoya más en el sentido de la plasticidad, la fisicidad del paisaje y de los jinetes con esos caballos nerviosos, los estandartes al viento, optando por la estilización a partir de los elementos materiales constituyentes de la tragedia. Uno de los puntos débiles que encuentro al film, es la flojo casting que tiene la obra, huérfana de actores de primera línea que con su presencia física dieran más enjundia a la conocida trama. No obstante la narrativa tiene tensión e interés, con una ambientación admirable donde se dan cita, brujas, conjuros, hechizos, remordimientos, pactos con el destino, muerte y desolación, obsesiones y traición, crimen, represalias, locura y tiranía.

La película filmada en TOOD-AO 35m. es como un aquelarre exagerado y sucio, como en los lúgubres castillos de Escocia, las luchas son de una crueldad atroz, y el verbo es siempre cuidado, demostrando con ello que el lenguaje de Shakespeare es un patrimonio de todos los hombres: la ambición que doblega las voluntades, el horror por el crimen, los remordimientos y la confusión moral no tienen ninguna patria, pues forman parte de la condición humana. “Macbeth es la cima de la indómita tragedia: una alegoría moral sobre la ambición, el poder, el crimen y la maldad de los hombres.
Antonio Morales
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