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Voto de Antonio Morales:
4
Bélico. Acción. Comedia Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En la Francia ocupada por los alemanes, Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz). Después de huir a París, adopta una nueva identidad como propietaria de un cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine (Brad Pitt) adiestra a un grupo de soldados judíos ("The Basterds") para atacar objetivos concretos. Los ... [+]
21 de enero de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La 1ª de TVE se ha querido sumar al acontecimiento del estreno del último film de Tarantino, proyectando uno de sus más “paradigmáticos” trabajos, “Malditos bastardos”. Donde podemos hallar las constantes vitales de su cine, el excesivo tiempo que necesita para contarnos una historia, su estética gamberra y provocadora narrada a través de capítulos, sus aquelarres sangrientos que provoca las adhesiones inquebrantables de sus acérrimos seguidores. Un estilo peculiar en el que encontramos guiños cinéfilos, personajes con nombres asociativos, músicas prestadas de otros films, deconstrucciones sonoras, hiperrealismo y parodia, y en este film además, alteración de la Historia. Así se apropia el cineasta del cine bélico europeo, otra muesca de la postmodernidad en su acepción más primitiva.

Y es que Tarantino es un director muy limitado, basado en el pastiche, su escuela de cine fue el videoclub donde trabajaba y devoraba películas gore y de violencia extrema, además del “spaguetti western” de su amado Sergio Leone y por extensión la música del gran Morricone, a diferencia de otros que han evolucionado a través de sus películas, éste sigue haciendo lo mismo que cuando empezó, sólo que sus dos primeras obras nos sorprendieron agradablemente, pues eran apreciables por la novedad estética y formal, pero tras eso, es el vacío más absoluto. Es cierto que la palabra siempre ha tenido un protagonismo importante en el cine “tarantiniano”, aunque a veces apenas aporta nada a la trama, y es que el cineasta se deja fascinar por momentos de cadencias lentas y envolventes que desafían la paciencia de sus seguidores ávidos de que estalle esa violencia intrínseca que galvaniza su cine.

“Malditos bastardos” escenifica “la gran venganza judía” contra Hitler y sus sicarios. Para ello, toma como protagonista a una muchacha hebrea que escapó de la matanza de su familia, más una patrulla norteamericana infiltrada en la Francia ocupada, formada naturalmente, por judíos al mando de un teniente (Brad Pitt), de origen apache que es aficionado a cortar cabelleras. Un film coral donde se mezclan y confunden al libre albedrio, las escenas grotescas, el cine bélico, la aventura y la comedia irónica, destacando un oficial nazi (Christoph Waltz), un sádico y refinado asesino que hará las delicias de los espectadores que alaban tan obscenos comportamientos.

Con ello tiene más que suficiente para contentar a sus seguidores que encandilados por la aparatosa y banal frivolidad, resulta muy simpático e idolatrado por el espectador joven que no conoce más que el lenguaje de la televisión y los videojuegos. Por eso la mayoría de sus fans sólo encuentran defectos en el tiempo que necesita para contar una historia, la recreación y el ceremonial, porque no sabe contarla en menos planos, como sí saben los buenos profesionales y maestros del cine. Ellos habían aprendido trabajando desde muy jóvenes en los rodajes y conocían la caligrafía para contar las historias con una economía de planos, y no, lo que este ídolo de la violencia catártica que todo lo cura, suele perpetrar, pues con unos exabruptos ingeniosos y groseros pretende seguir reinando en la meca del cine.
Antonio Morales
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