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Voto de Antonio Morales:
9
Drama La fama del saxofonista de jazz Charlie ’Bird’ Parker crece rápidamente a partir de su llegada a Nueva York en 1940. Pero Parker comienza a abusar del alcohol y las drogas, y su vida se convierte en un infierno. (FILMAFFINITY)
19 de junio de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El universo musical del Jazz en un territorio difícil para el cine, resistente a la codificación narrativa del relato clásico y casi opaco frente al efecto de la transparencia sobre el que se fundamenta la puesta en escena y las formas visuales de éste. Clint Eastwood, sin embargo, acierta a penetrar en sus entrañas utilizando como instrumento un film de quebrada línea narrativa y de oscurísimas imágenes lindantes con la más tenebrosa densidad: un concepto que atañe, por igual, a la vida de Charlie “Bird” Parker, sumida en la autodestrucción, y al misterio en el que se sumerge la línea melódica rota por esta música.

Eastwood se aproxima a Parker y al Jazz desde dentro, y de ahí que el film se muestre como una incisión dolorosa, íntima y desgarrada, menos referencial y más implicada en una estrecha unión con la vida narrada. La amargura y el pesimismo que respira esta película, sorprendentemente moderna y clásica al mismo tiempo, nacen de una mirada interior que se mantiene analítica ajena a cualquier asomo de mitificación del personaje, capaz de penetrar en lo más profundo del drama y del desgarro existencial que empapan la vida y la música de Parker. Sin embargo, y mucho más allá de este “biopic” heterodoxo, crítico y duro, inusualmente dramático y poco complaciente, las imágenes de “Bird” aciertan a expresar, con una insólita capacidad de síntesis la tradición del cine clásico americano.

Eastwood huye constantemente del tópico, sea como fuere, conscientemente o no el cineasta filma episodios magistrales: el triunfo parisino del protagonista, la actuación en el “Carnegie Hall” de Nueva York, montada de forma alterna con pasajes de su vida familiar. Es la reinvención del “biopic”. Forest Whitaker da un soberbio recital como actor encarnando al saxofonista Charlie Parker, la película posee una atmósfera peculiar que seduce a cualquier amante del cine y del Jazz.
Antonio Morales
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