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Voto de Antonio Morales:
7
Drama. Comedia Gran Depresión, años 30. Red Stovall (Clint Eastwood) es un cantante de country alcohólico que se gana la vida cantando en bares cutres y miserables. Su gran sueño es llegar a tocar en el legendario programa Grand Ole Opry. Así emprende un emotivo viaje con su sobrino (debut cinematográfico de su hijo Kyle Eastwood) que lo lleva desde Oklahoma a Nashville, donde le han concedido una audición. (FILMAFFINITY)
9 de junio de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para un cantante de country, decir Nashville es tanto como para un wagneriano decir Bayreuth. No es extraño que un cantante de country en horas bajas, alcohólico y tuberculoso, Red Stovall (excelente Clint Eastwood), se fije el objetivo de Nashville para intentar enderezar su maltrecha carrera por medio de una audición. Pero el camino no es fácil cuando se vive en los años de la depresión económica y no se tiene un dólar, pero hay una solución: recurrir a los más allegados, la familia, aún cuando ésta sea igualmente pobre. De ese recurrir a la familia, Red sale de viaje cargado no sólo con sus achaques, su guitarra y su viejo coche, sino también con el abuelo (estupendo John McIntire), que le presta treinta $ para el viaje con la condición que le permita ir con él, y con su sobrino Whit (Kyle Easwood) un jovencito que irá descubriendo nuevas cosas sobre la vida y la personalidad, para él fascinante, del tío enfermo.

Emotiva “road movie” que comienza como una comedia para derivar hacia la tristeza, las peripecias de un hombre enfermo que fascina a un jovencito que vivía en el cerrado entorno familiar y descubre el poco grato mundo exterior (tugurios, hoteluchos, autobuses destartalados, policías pueblerinos, prostitutas, toda clase de picaresca y comerciantes de discográficas sin escrúpulos). Si el film fuera de John Huston diríamos que es el retrato de un perdedor (La jungla de asfalto, Fat city), rodada por Estwood se habla de retrato del artista moribundo. Un personaje individualista, extraído de la cultura popular, el aprendizaje de un niño a la vida, un relato de itinerario moral.

Un desfile de atractivos e interesantes personajes secundarios, a veces poco aprovechados (la adolescente que se les une al viaje), una continua alternancia de motivos dramáticos, irónicos y cómicos, un final que no voy a relatar, pero deja la impresión de ser un adecuado corolario de una historia de enseñanza. Y es cierto que ofrece todo eso y unas buenas canciones para los amantes del country, pero a mi modo de ver no siempre todos los elementos puestos en juego están bien trabajados, aunque eso sí, esta película me parece mejor que algunas posteriores más reputadas como “El sargento de hierro” o “Firefox” incluso “Cazador blanco, corazón negro”.
Antonio Morales
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