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Voto de Antonio Morales:
10
Drama. Romance. Aventuras Georgia, 1861. En la elegante mansión sureña de Tara, vive Scarlett O'Hara (Vivien Leigh), la joven más bella, caprichosa y egoísta de la región. Ella suspira por el amor de Ashley (Leslie Howard), pero él está prometido con su prima, la dulce y bondadosa Melanie (Olivia de Havilland). En la última fiesta antes del estallido de la Guerra de Secesión (1861-1865), Scarlett conoce al cínico y apuesto Rhett Butler (Clark Gable), un vividor ... [+]
9 de julio de 2013
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás para muchos no sea la mejor, pero yo la tengo entre mis favoritas, no sólo por su calidad artística, que la tiene, pero creo que junto a Casablanca es la película más popular de la historia del cine. Y ¿prqué es tan popular?, podría ser porque es una historia sencilla y narrativamente lineal, aunque de profundo calado dramático, porque tiene todos los ingredientes imprescindibles: amor, pasión, guerra, celos, vanidad y coraje ante las adversidades. Temas universales cercanos a cualquier cultura y condición social.

Esto es un espectáculo total creado por un megalómano productor, David O. Selznick el cual compró los derechos de la novela más popular en ese tiempo para filmar un melodrama épico sureño. Y que generación tras generación fue cautivando al más variopinto mosaico de espectadores, ya sea a través de la pantalla grande, su razón de ser (hubo muchas reposiciones), ya en el marco de la televisión, refugio al que se resistió a penetrar hasta 1976 en que la NBC pagó nada menos que 5.000,000 $, que era una pasta, por sus derechos de emisión, en España se resistió diez años más, se exhibió por primera vez en TVE el 27 de Junio de 1986, aunque ya corría meses antes en video.

Al ser una obra de productor, da igual que pasaran por la dirección, George Cukor, Sam Wood y la finalizara Victor Fleming, su estructura es impecable, con la maquinaria de la MGM engrasada a la perfección, legendaria música de Max Steiner, un reparto de lujo (el magnetismo entre Gable y Leigh), sin parangón en cuanto al glamour, extraordinaria dirección artística, una total epopeya americana, rivindicativo de la emancipación de la mujer mediante un fuerte personaje femenino como pocos, puede ser una de las claves de su éxito perpetuo.

En cualquier caso, tras 74 años trancurridos desde su producción no han alterado ni un ápice el placer, y la emoción con que contemplamos esta cúspide de las historias de amor sublimadas por el color, el Tecnicolor de esta película, otro de los ingredientes de su hechizo, el cielo rojo de Atlanta, la tierra de Tara, el crepúsculo junto al árbol sereno como espectador de acontecimientos. Me hubiera gustado decir algo original, pero si no lo he conseguido, al menos lo he intentado.
Antonio Morales
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