Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
7
Drama Brandon (Michael Fassbender) es un joven y apuesto neoyorquino con serios problemas para controlar y disfrutar de su agitada vida sexual. Obsesionado con el sexo, se pasa el día viendo revistas pornográficas, contratando prostitutas y manteniendo relaciones esporádicas con solteras de Manhattan. Un día se presenta en su casa, sin previo aviso, su hermana menor Sissy (Carey Mulligan) con la intención de quedarse unos días en su apartamento. (FILMAFFINITY) [+]
12 de mayo de 2014
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque aborde el tema como la adicción al sexo, con una franqueza que han considerado insólita algunos académicos con pajarita y jurados de ciertos festivales, un análisis estrictamente fílmico de “Shame”, la película de Steve McQueen, primera que veo de este director, podría extrapolarse a cualquier otra adicción, sea la ludopatía, las drogas o el alcoholismo. Lo que escandaliza, bromas aparte sobre el atributo sexual del protagonista, es lo explícito de un tema tan tabú como la adicción al sexo. Brandon (Michael Fassbender) es un ejecutivo publicitario que sobrevive a las exigencias alienantes de una gran ciudad como Nueva York, fotografiada en exteriores de forma horrible y deshumanizada.

El tipo en cuestión se entrega compulsivamente al sexo de todo tipo, virtual, anónimo, solitario o de pago. Pero ocurre un hecho que romperá sus esquemas, su privacidad, y es la aparición de la desequilibrada hermana de Brandon, Sissy (Carey Mulligan), una joven desorientada que busca algo a que aferrarse, alojándose en el apartamento de éste, que le obligará a afrontar las raíces y servidumbres de una patología que, como indica el título del film, lo es sobre todo por cuanto podría acarrearle la letra escarlata de la vergüenza. Una reflexión sobre el hombre de hoy, encarnado por este atractivo “yuppie” consciente de la humanidad perdida, un reflejo o visión crítica de una lacra contemporánea, la ausencia de compromisos personales, la visión relativista de una vida huérfana de valores morales que busca en el sexo saciar sus frustraciones personales.

La interpretación a cargo de Sissy en el “night club” del lentísimo y sensual “New York, New York”, aunque el momento sea revelador a nivel melodramático por lo que cuenta del pasado y las ilusiones rotas de Brandon y su hermana, la inexpresividad forzada de sus rostros, la voz arrastrada de ella y la furtiva lágrima de él al escucharla. El esfuerzo de Brandon por parcelar una existencia desestructurada y llena de secretos. Brandon es heredero de un catálogo elemental de fantasías eróticas cumplidas que incluye voyerismo, exhibicionismo, ligues instantáneos con desconocidas en transportes públicos y locales de copas, tríos y escarceos homosexuales. El sexo sin amor acostumbra a ser frustrante e insaciable, es como una quimera por mucho que nos empeñemos nunca quedas satisfecho, es como una huída hacia adelante que no tiene horizonte.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow