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Voto de Antonio Morales:
7
Drama. Bélico. Acción. Romance El teniente Ken Braden, un joven oficial que acaba de recibir el título de especialista en submarinos, disfruta de un permiso en San Diego, donde conoce a Sally, una mujer con la que inicia una relación amorosa. Su felicidad se verá truncada, al ser destinado a Pearl Harbor. Nada más llegar a la base naval, averigua que Sally pertenece al servicio de inteligencia y que ha estado investigándolo para determinar su idoneidad para una ... [+]
24 de enero de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gordon Douglas se caracterizó por ser un cineasta artesano y eficiente con un puñado de títulos excelentes si repasamos su filmografía. “Infierno bajo las aguas” es una película sólida, homogénea y equilibrada, que en los tiempos actuales ya es decir mucho a su favor. Un homenaje nada disimulado a la marina y sus hombres, al clásico cine bélico norteamericano en la variante “de submarinos”, con elementos de cine de espías. Heredero de unos códigos narrativos y visuales bien articulados y siempre ortodoxos. El film navega, nunca mejor dicho, entre las turbias aguas de un clásico relato de aventuras y tensión submarinas, lleno de todas las convenciones de un género, que aunque sobradamente conocido, siempre resulta atractivo: la descripción del funcionamiento de la nave, las maniobras de inmersión, las refriegas bélicas con el lanzamiento de los torpedos, el impacto de las cargas de profundidad, la terrible sensación de claustrofobia y la vida cotidiana dentro del submarino donde es extraño que permitieran fumar como se aprecia en el film.

Después de ser objeto de un intenso entrenamiento, el teniente Kenneth Braden (el inexpresivo James Garner) es elegido por el Servicio Secreto de los marines para desplazarse desde Pearl Harbour en un submarino hasta una remota isla del Pacífico ocupada por los japoneses. A pesar de que la trama gira en torno a una delicada misión secreta y de vital importancia, un tanto arriesgada para descubrir unos códigos, el auténtico eje dramático del relato lo constituye el conflicto interior del personaje protagonista , el capitán Paul Stevenson (Edmond O´Brian), un experimentado marino que se debate entre cumplir las estrictas reglas militares o actuar con pericia e inteligencia en situaciones límites. Intentando mantener el equilibrio entre la responsabilidad de su nave y la tripulación y las inflexibles normas militares que debe cumplir. El trato humano, el heroísmo, la camaradería y el deber, se entrelazan en un relato que utiliza de forma acertada, el “flashback”, rompiendo la estructura lineal narrativa con el film de hacerlo más liviano en su tensión, a la vez que conocemos mejor a los personajes y sus motivos.

El relato adquiere carta de naturaleza en esa angustiante espera mientras el teniente debe cumplir su misión, las 18 horas bajo las aguas con el oxígeno escaso y la cuenta atrás inexorable para abandonar el lugar a la hora señalada. El suspense irrumpe cuando nos planteamos si esperará el capitán a su oficial o cumplirá las reglas si no se presenta a tiempo, independientemente del éxito de la misión, tras conocer el trauma personal que arrastra el responsable de la nave. Mucho más sabiendo que el carácter de ambos oficiales no coinciden a la hora de interpretar las normas militares. Se trata del dilema moral de un oficial que ha perdido el aprecio de su tripulación por ser inflexible, la habilidad narrativa del cineasta nos hace olvidar la violencia de la guerra para asistir a una reflexión sobre las relaciones humanas entre hombres ya que el papel de la mujer queda reducido a poco más que testimonial.
Antonio Morales
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