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Voto de Antonio Morales:
7
Thriller. Drama En 1980, en la frontera de Texas, cerca de río Grande, Llewelyn Moss (Josh Brolin), un cazador de antílopes, descubre a unos hombres acribillados a balazos, un cargamento de heroína y dos millones de dólares en efectivo. (FILMAFFINITY)
10 de mayo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas cosas originales puedo decir sobre esta estupenda película que tiene 470 críticas y un promedio de 7,1 en puntuación. El escenario es un territorio árido y polvoriento, siempre resbaladizo siendo la frontera entre el país rico y el pobre, Estados Unidos y México. La atmósfera de un thriller seco con vocación de western terroso. Un paisaje bello y desolador. Un personaje que funciona por puro instinto, el encarnado por Josh Brolin (Llewelyn Moss), y que se queda con un maletín lleno de dinero tras una matanza entre bandas rivales de narcotraficantes. Luego está el sicario, un personaje que funciona como un reloj, Anton Chigurh (Javier Bardem) que encarna magistralmente a un asesino frío y misterioso, que sigue implacable la pista del hombre del maletín de tugurio en tugurio, de motel en motel. Por su parte el sheriff Ed Tom Bell (Tommy Lee Jones) toma al comienzo una posición distante en toda la historia, aunque al final su personaje sea de gran relevancia.

Basada en la novela homónima de Cormac McCarthy, los hermanos Coen crean su particular reflexión sobre los golpes de la fortuna y la miseria humana. A veces cambian los factores, pero en este tipo de historia el resultado suele ser el mismo: violencia, fatalidad y lecciones morales. Al sheriff ya no le sorprenden los crímenes sin motivo, pero no es a él a quien Llewelyn debe temer. En la vida real, no hay asesinos de ese calibre, y se nota, sus armas mortíferas son un tanto casposas, su aura sombría, pues podría figurar honrosamente en la lista de los peores forajidos del Viejo Oeste. Una combinación de laconismo y retórica, que nace tanto de lo que dicen unos como de lo que callan otros, con un sentido absurdo del humor que nos retrotrae a los mejores tiempos de los hermanos Coen.

El film rebusca con criterio en la paisajística humana recuperando esa capacidad innata de los autores para situarse en un tipo de cine personal y desviarse constantemente por caminos secundarios tan o más atractivos que el enunciado en el inicio. Un thriller nada complaciente, donde los personajes no son arquetipos, sino figuras en movimiento con identidad propia, y lo que importa no es tanto la trama cuanto la evolución, el deslizamiento y la idea tan personal del cine del oeste de la fusión e intercambio de seres y paisajes. El film pertenece a una nueva etapa en su filmografía, los Coen son ahora más maduros, tanto en su estilo personal como en la visión del mundo. Un giro ciego del azar, para bien o para mal, de eso trata el film.
Antonio Morales
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